El Grupo Santa Marta, constituido en 2014 por iniciativa del papa Francisco para reflexionar sobre el fenómeno de la trata de personas y el mejor modo de luchar frente a ello, acaba de celebrar en Roma su quinto encuentro. En la Academia Pontificia de las Ciencias, en los días 8 (festividad de santa Josefina Bakhita, patrona de las víctimas de trata) y 9, se han dado cita representantes de entidades cristianas comprometidas en esta causa, jefes de policía y obispos de hasta 30 países de todo el mundo.
Por parte de nuestro país han asistido miembros del equipo de la Sección de Trata de la Conferencia Episcopal Española, encabezados por su directora, Marifrán Sánchez. También han estado responsables de diócesis como Valencia y Madrid y un comisario de la policía nacional de Madrid.
En declaraciones a Vida Nueva, Marifrán Sánchez destaca que, jornadas como esta, “suponen la posibilidad de encuentro con personas de todo el mundo bajo un mismo objetivo, que es la lucha contra la trata y la atención a las víctimas”.
Una perspectiva global
En este sentido, la directora del Departamento de Trata del Episcopado enfatiza como muy positivo “el que participen países de origen, tránsito y destino” de este triste fenómeno social, “lo cual nos da la posibilidad de tener la visión global del problema, intercambiar buenas prácticas y compartir el trabajo que se está realizando en distintos lugares del mundo”.
Y es que, como concluye Marifrán Sánchez, ese trabajo coordinado es “clave” para responder a “un fenómeno tan complejo como este”.
Vigilias por todo el mundo
Más allá de esta jornada en Roma, el papa Francisco, las Uniones Internacionales de Superioras y Superiores Generales (UISG Y USG) y el Consejo Pontificio de Justicia y Paz invitan a celebrar, este sábado 10 de febrero, vigilias en todo el mundo para orar contra el mal de la trata y las víctimas de esta esclavitud contemporánea.
Una de estas vigilias, por ejemplo, tendrá lugar a las 19.30 horas en la parroquia madrileña de la Crucifixión del Señor. Entre los convocantes, están entidades eclesiales como la Comisión Episcopal de Migraciones, CONFER, Cáritas, Justicia y Paz, la Fundación Cruz Blanca o la Fundación Amaranta, de las religiosas adoratrices, muy comprometidas en la lucha contra esta lacra y en la atención a sus víctimas desde una perspectiva integral.
