Hace unos días comenzaron a lo largo de la geografía española los primeros encuentros de ‘Iglesia en diálogo’, en los que jóvenes de cualquier tipo se encuentran para dialogar. La propuesta surge del Departamento de Pastoral de Juventud de la Conferencia Episcopal Española, un equipo capitaneado por Raúl Tinajero. No deja lugar a dudas su afirmación: “El objetivo principal y único de ‘Iglesia en diálogo’ es escuchar a los jóvenes”. Tinajero explica a Vida Nueva que con esta iniciativa no se busca solo la escucha como única respuesta, sino que debe ir dirigida hacia la el diálogo.
Así, la temática será variada pero se busca centrar en el joven el objeto del diálogo: “Una escucha abierta a los jóvenes ante las situaciones propias que puedan tener en relación con la sociedad en general y con la Iglesia en particular”, comenta Tinajero. De esta manera, la Iglesia se plantea que los lugares donde se encuentran los jóvenes son lugares de pastoral, por tanto se termina con la estrategia de abrir las puertas para que los jóvenes tomen la iniciativa y entren en templos o lugares de oración, por tanto, las charlas “se celebran en lugares ajenos a la Iglesia: centros juveniles, ayuntamientos, cafetería, locales públicos, deportivos, etc.”.
Aunque en cada lugar el encuentro será diferente ya que la participación será diversa, desde el Departamento de Juventud se ha buscado unificar la metodología para que la experiencia sea parecida con una estrategia sencilla basada en 3 puntos.
El trabajo no va a ser sencillo, la voz de la juventud española debe llegar hasta el sínodo, por ello, tras la recogida de la información en el Departamento de Juventud de la CEE, se realizará una síntesis de las aportaciones. “Estas aportaciones irán al PreSínodo, y se ofrecerán para la reflexión previa al Sínodo”, confirma el Delegado de Juventud.
Pero también es una propuesta que debe tener continuidad más allá del sínodo. Para diócesis, parroquias, movimientos juveniles y congregaciones puede convertirse en una herramienta muy valiosa, por una parte son los jóvenes que participan en las actividades habituales los que deben tomar la iniciativa de invitar a otros jóvenes, amigos, compañeros de estudio o trabajo, que no viven la fe como ellos. Por otra parte, las conclusiones de ‘Iglesia en diálogo’ en general, pero también las locales, podrán ayudar a conocer la realidad de la juventud más cercana y ver cuáles son sus inquietudes. De este modo podrán buscar cómo dar respuesta a las inquietudes mostradas.
La experiencia surgida tras algo más de una semana con el proyecto en marcha habla de una valoración positiva. Raúl Tinajero comenta que “el hecho de que, como Iglesia, nos concienciemos de la necesidad de crear y ofrecer espacios de escucha a los jóvenes es algo muy positivo”. La imagen de la Iglesia parece estar en juego, especialmente en el rango de edad juvenil y con esta propuesta, que permite una conversación franca y sin tabúes con los jóvenes, puede mostrar que “la Iglesia está abierta a un diálogo fluido”. Esto, independientemente de los números de jóvenes que participen en cada iglesia abrirá la oportunidad de grandes frutos a medio plazo.