Este Miércoles de Ceniza, con la apertura de la Campaña de la Fraternidad (CF) 2018, que asume como temática “fraternidad y superación de la violencia”, la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) busca incentivar la cultura de la paz, la reconciliación y la justicia, como camino para poner fin al flagelo de la violencia.
En su mensaje dirigido a los fieles brasileños con ocasión de esta CF, el papa Francisco destaca que el tiempo de Cuaresma invita a “reconocer la violencia en tantos ámbitos y manifestaciones y, con confianza, fe y esperanza, superarla por el camino del amor visibilizado en Jesús crucificado”.
“Este tiempo penitencial, en el que somos llamados a vivir la práctica del ayuno, de la oración y de la limosna, nos hace percibir que somos hermanos”, ha dicho el Papa, en consonancia con el lema para la CF 2018: “Ustedes son todos hermanos” (Mt 28,3).
Para que esto sea posible, el obispo de Roma acentúa el imperativo del perdón, imprescindible para la superación de la violencia: “a veces, ¡cómo es difícil perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón, la paz”. En este sentido, continúa Francisco, “dejar de lado todo resentimiento, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para virir como hermanos y hermanas y superar la violencia.
Como en otras oportunidades, y a la luz de la crisis que vive el país, el Papa ha hecho un llamado a que “seamos protagonistas de la superación de la violencia haciéndonos defensores y constructores de paz”.
La paz que propone Francisco abarca múltiples escenarios. Es “una paz tejida día a día con paciencia y misericordia, en el seno de la familia, en la dinámica de la comunidad, en las relaciones de trabajo, en la relación con la naturaleza”, apelando al desarrollo humano integral de todos y a una nueva relación con todas las criaturas.
Para concluir, Bergoglio reitera su deseo de que “la CF de este año anime a todos para encontrar caminos de superación de la violencia, conviviendo más como hermanos y hermanas en Cristo”. La conversión cuaresmal, de este modo, equivale a convivir sin violencia.