George Ratzinger está preocupado por la salud de Benedicto XVI. En una entrevista con la revista alemana ‘Neue Post’ cuyo contenido se dio a conocer ayer, 14 de febrero, asegura que su hermano sufre una “enfermedad paralizante” que afecta a su movilidad, obligándole a estar cada vez más tiempo postrado en una silla de ruedas. Hasta ahora el Vaticano siempre había insistido en que el Papa emérito estaba bien de salud y solo sufría los achaques propios de cualquier nonagenario.
“Rezo cada día para que mi hermano y yo tengamos una buena muerte”, dice Georg, de 94 años, que habla casi todos los días por teléfono con el anterior Pontífice. Espera verle en persona el 8 de abril, cuando viajará a Roma para estar junto a él el día 16 cuando celebre su 91 cumpleaños.
“Falta todavía mucho. Quién sabe lo que sucederá hasta entonces”, comenta el antiguo director del ‘Regensburger Domspatzen’, el coro de voces blancas de la catedral de Ratisbona, que teme que la afección que sufre Joseph Ratzinger acabe llegándole al corazón.
Consultado por Vida Nueva, el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Greg Burke, no quiso hacer comentarios sobre la entrevista de ‘Neue Post’ y recordó que el propio Benedicto XVI se refirió a su estado de salud la semana pasada. Fue en la carta que le envió al diario italiano ‘Corriere della Sera’, en la que dice que “en la lenta disminución de mis fuerzas físicas, interiormente estoy peregrinando hacia Casa”.
Su entorno lo desmiente: “No tiene fundamento”
Tras esto, la agencia de prensa esen lengua francesa especializada en el Vaticano I.Media matizó las declaraciones de Georg Ratzinger y aseguró, citando fuentes cercanas al Papa emérito, que las revelaciones publicadas por la revista alemana “no tienen fundamento”. Así, se reconoce que el Papa emérito “se mueve con dificultad, pero no sufre ninguna enfermedad neurológica”. Es más, según este entorno, la nota enviada por la agencia explica que todavía pasea a diario por los jardines del Vaticano” con algunas dificultades en el aparato locomotor.
Sobre la salud del Papa emérito han hablado recientemente dos de sus antiguos colaboradores: Alfred Xuereb, que ejerció como secretario personal del Pontífice alemán y hoy es secretario de la Secretaría para la Economía, y el arzobispo Angelo Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado.
Xuereb comentó que la última vez que le vio lo encontró con “la mente viva” y con mejores condiciones físicas que su madre, que tiene 82 años. Becciu, por su parte, aunque reconoció que tiene “alguna dificultad física”, aseguró que sigue haciendo “su paseo” diario. “Y mentalmente está fresquísimo, tiene una estupenda memoria y está presente”, remarcó.