Francisco a los párrocos: “La soledad no hace bien”

  • En su encuentro con los curas de Roma al inicio de la Cuaresma, les insta a buscar su propio “estilo sacerdotal”
  • A los sacerdotes más mayores que se sienten cansados les pide ejercer “el ministerio de la escucha”

El papa Francisco durante su encuentro con los párrocos de Roma en San Juan de Letrán el 16 de

No tener miedo de la realidad, buscar el propio “estilo sacerdotal”, sabiendo que ha de ser siempre una imitación de Jesucristo, buscar el consejo que nos ayude en el discernimiento y, ante la soledad, más “fraternidad sacerdotal”. Estos fueron algunos de los consejos que, a preguntas de los párrocos de Roma, les transmitió el papa Francisco durante el tradicional encuentro al inicio de la Cuaresma que mantuvo con ellos esta mañana, 16 de febrero, en la Basílica de San Juan de Letrán.

“El sacerdocio es un modo de vivir, es una vocación, una imitación de Jesucristo. Pero tu sacerdocio es único”, les respondió a los sacerdotes más jóvenes, que le preguntaron cómo vivir la vocación en las circunstancias actuales. “Busca tu estilo, no mires tanto las circunstancias que cierran las salidas”, le dijo, a la vez que les animó a “hablar cara a cara con el Señor”.

“El confronto es importante”, siguió respondiendo el Papa, razón por la cual considera que “es bueno buscar un hombre sabio que guíe, dialogue y ayude en el discernimiento”. En este sentido, aseguró que también son buenos “los pequeños grupos de sacerdotes que se acompañan”, es decir, “la fraternidad sacerdotal”, algo muy importante pues “la soledad no hace bien”.

La edad de las tentaciones

A continuación, el Papa respondió a los sacerdotes que tienen entre 40 y 50 años, quienes le pidieron palabras de consejo para un período en que los ideales apostólicos se redimensionan, mengua el apoyo de la familia que antes estaba siempre a tu lado y la salud empieza a resentirse.

Este momento de “la segunda llamada del Señor”, les dijo Jorge Mario Bergoglio, también lo es “de muchas tentaciones, un momento en el que se necesita una transformación”, pues “no están más esos primeros sentimientos y sucede como en el matrimonio: no hay más enamoramiento”.

Frente a esto, el Papa les invitó a “buscar dentro el gusto de pertenecer a la diócesis y al presbiterio” y les hizo reparar en otra necesidad muy importante para esta etapa, cuando es muy peligroso hacer este camino en soledad: “Buscar ayuda inmediatamente”.

La edad de la sonrisa

Finalmente, el Obispo de Roma se dirigió a los sacerdotes más mayores, aquellos con 35, 40 y más años de ministerio, quienes expresaron su cansancio y sus dudas sobre si, a pesar de la experiencia, son adecuados para responder a las nuevas preguntas y exigencias de su labor.

Francisco, frente a las dificultades reales para poder comunicarse con el lenguaje de las redes sociales, les tranquilizó apelando a que lo más importante sí que se puede hacer: “Se puede tener cercanía y compasión de padre. Los padres ancianos, que conocen la vida, están cerca de las miserias humanas, cerca de los dolores. No hablan demasiado, pero quizás, con su mirada, con una caricia, con una sonrisa, con una palabra, hacen tanto bien. Se puede escuchar mucho, tanta gente que necesita hablar sobre su vida. Escuchar en el tiempo de hacer el ministerio de la escucha”.

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