José Antonio Pagola lleva años invitando a volver a Jesús, al Evangelio, y sus libros son un complemento espiritual del que beben miles de comunidades. Los lectores del semanario británico The Tablet han elegido su ‘Jesús. Aproximación histórica’ (PPC) como libro del año 2017. De él se han vendido, desde su publicación en 2007, 130.000 ejemplares en castellano, y ha sido traducido a una decena de idiomas, entre ellos el chino, que va por su segunda edición.
PREGUNTA.- ¿Se atreve a vislumbrar cómo será la Iglesia en España en el año 2050?
RESPUESTA.- Una Iglesia más pequeña, débil y vulnerable, con menos poder mundano, pero más evangélica, tratando de aprender a vivir en minoría y comenzando a plantearse decisiones renovadoras que hoy no nos atrevemos siquiera a imaginar.
P.- ¿Qué problemas en la Iglesia de hoy pueden solucionarse o, al menos, paliarse con medidas concretas en estas tres próximas décadas y cuáles ve de difícil solución? ¿Se llegará, por ejemplo, a la ordenación de hombres mayores casados, al diaconado femenino, a la corresponsabilidad laical…?
R.- Creo que estos problemas no se resolverán fácilmente por decretos firmados por Roma ni por medidas tomadas en las curias diocesanas. Es tarde. El verdadero problema es que la fe se está perdiendo entre nosotros de manera cada vez más acelerada. Las medidas que se tomen solo podrán ser llevadas a la práctica por creyentes.
P.- En una década, según apuntan algunos informes, es posible que haya diócesis que no tengan sacerdotes para atender las parroquias. ¿A qué aboca esta situación?
R.- La Iglesia del futuro ya no se podrá sustentar en el colectivo de presbíteros. No solo faltarán sacerdotes, sino que se irán cerrando seminarios. Dios nos está llevado hacia una Iglesia no clerical. Será un gran paso hacia una Iglesia más evangélica. Pero, desde ahora, hemos de trabajar para capacitar a esos laicos y laicas, que serán el sector decisivo para el futuro de la Iglesia entre nosotros. El mayor potencial para promover la renovación de la Iglesia en un futuro está en los creyentes laicos y laicas de nuestras parroquias. Yo me esfuerzo por contribuir con los Grupos de Jesús a la maduración humilde de hombres y mujeres laicos, que puedan ser sujetos de una renovación evangélica, introduciendo en la Iglesia lo que el papa Francisco llama, en Evangelii gaudium, “un dinamismo evangelizador que actúa por atracción”.