España

Osoro a sus tres nuevos auxiliares: “Que nada se interponga entre nosotros y la gente”

  • El cardenal arzobispo de Madrid confiere la ordenación episcopal a los tres nuevos pastores auxiliares de Madrid: José Cobo, Santos Montoya y Jesús Vidal
  • “Somos cuerpo de Cristo, nada justifica la división”, alerta Osoro ante su presbiterado y una numerosa representación de cardenales y obispos españoles





Madrid cuenta desde hoy con tres nuevos obispos auxiliares llamados a vivir su ministerio desde tres realidades: “caminar, edificar y confesar”. Así se lo encomendó durante su homilía el cardenal Carlos Osoro a los tres pastores que hoy han recibido de sus manos la ordenación episcopal: José Cobo, Santos Montoya y Jesús Vidal -desde hoy, el más joven de España-: “Que cuando terminemos nuestro ministerio, seamos más pobres que cuando empezamos”.

En una multitudinaria eucaristía en la madrileña catedral de La Almudena, Osoro les invitió a hacer realidad el “Sígueme” al que invita Jesús “en la singularidad de nuestra vida cotidiana”. “Se hace necesario para nuestra misión conocer al Señor, permanecer en Él y, al mismo tiempo, pasear por nuestras comunidades cristianas, conocer los rostros, sus necesidades, sus potencialidades”, encomendó Osoro a sus nuevos auxiliares.

Carlos Osoro impone la mitra a los obispos auxiliares de Madrid/JB

Junto al cardenal de Madrid, concelebraron la eucaristía el nuncio apostólico, Renzo Fratini, los cardenales Ricardo Blázquez, Juan José Omella, los eméritos Carlos Amigo y Antonio María Rouco Varela, así como el venezolano Baltazar Porras. Junto a ellos, una veintena de obispos y arzobispos, entre ellos el cuarto auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, así como un elevado número de sacerdotes madrileños.

Ilusionar la vida

Así, les invitó a esmerarse en su vida de oración. “Sin la oración asidua, el pastor está expuesto a ese peligro de avergonzarse del Evangelio y buscar otras fuerzas para sostener su vida”, alertó el cardenal de Madrid, que matizó cómo “no podemos ilusionarnos solo con nuestras fuerzas, con la abundancia de recursos o de estructuras, con estrategias organizativas. Hay que ilusionar la vida en el encuentro con el Resucitado. Sin este encuentro, vendrá la tristeza que apaga toda creatividad y que nubla toda expectativa”.

Por otro lado, resultó significativa la reflexión que el arzobispo hizo en su homilía sobre los peligros de que se puedan generar divisiones en el seno de la Iglesia: “Somos cuerpo de Cristo, nada justifica la división”. Con tono firme y serio, Osoro alertó de la posibilidad de de “lacerar y escandalizar al pueblo de Dios con la división”.

La tentación de las habladurías

“Huyamos de la tentación de las habladurías, de gestionar el tiempo para nosotros; el tiempo, mi tiempo, es para la comunidad”, expresó y, a renglón seguido, comentó: “Huyamos de medias verdades que siempre se convierten en mentiras, de las letanías de los lamentos, de la dureza de quienes juzgan sin implicarse, de los celos, de la ceguera, de la ambición…”.

En tono bergogliano, llamó a los nuevos prelados a nunca “separar verdad y misericordia”: “Que nada se interponga entre nosotros y los demás, libres para ser cercanos a la gente, para acompañarlos caldeando su corazón y provocando que vuelvan al camino que restituye la dignidad, la esperanza y la fecundidad”.

Al concluir la eucaristía, el nuncio Renzo Fratini deseó “una muy provechosa acción pastoral” tanto al cardenal como a los nuevos obispos a quien les deseó una misión “sincera,leal creativa y eficaz al servicio de la comunión”. Fratini les instó a reforzar su amistad con Cristo e indagar en la complicidad con María para llevar a cabo “una apostólica y feliz obra”.

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