Es esta una semana especial para la Curia romana, pues, desde ayer 18 de febrero y hasta el viernes 23, el papa Francisco y los responsables de los dicasterios se encuentran en Ariccia para realizar los ejercicios espirituales de Cuaresma. Estos retiros se desarrollaban antes en el propio Vaticano, pero Jorge Mario Bergoglio optó por un lugar apartado como es la Casa del Divino Maestro de esta localidad a las afueras de Roma para romper con la cotidianidad y las distracciones y centrar así toda la atención en la oración.
Durante estos días en que el Pontífice y sus más estrechos colaboradores estarán fuera del Vaticano, la agenda habitual del Papa queda suspendida: no habrá encuentros privados ni tampoco tendrá lugar la tradicional audiencia general de cada miércoles. Bergoglio volverá a Roma el viernes para participar en la jornada de ayuno y oración por la paz, convocada de forma particular por la situación bélica que se vive en Sudán del Sur, República Democrática del Congo y Siria.
El jesuita José Tolentino de Mendonça, vicerrector de la Universidad Católica Portuguesa, es el encargado de dirigir las predicaciones de estos días, centradas sobre el tema ‘Elogio de la sed’. Tras partir del Vaticano en autobús ayer por la tarde, el Papa y los responsables de los dicasterios llegaron al centro de espiritualidad de Ariccia, donde tuvo lugar la prédica introductoria de Tolentino de Mendonça, que llevaba como lema ‘Aprendices del asombro’. Después se celebró la adoración eucarística y tuvo lugar el rezo de las vísperas.
La jornada ha empezado hoy, 19 de febrero, en la Casa del Divino Maestro a las 7:30 horas con la santa misa. Por la mañana ha tenido lugar la primera predicación y la siguiente está fijada a las 16:oo horas. El programa será igual hasta el viernes, cuando solo habrá una sesión porque los participantes regresarán después a Roma. Las meditaciones propuestas por el jesuita portugués durante estos días versarán sobre ‘La sed de Jesús’, ‘La ciencia de la sed’, ‘Escuchar la sed de las periferias’, ‘La beatitud de la sed’ y ‘Las lágrimas encuentran la sed’.