“Los informes que salgan de Chile van a ser veraces y sinceros”, dice una de las víctimas

El obispo de Osorno, Juan Barros, durante la visita del Papa a Chile/EFE

James Hamilton, una de las víctimas de Fernando Karadima, se reunió en la tarde de ayer, 20 de febrero, con el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, quien ha sido enviado expresamente por el Papa a Chile para investigar el caso del obispo de Osorno, Juan Barros, acusado de encubrimiento por varias víctimas. “No me queda ninguna duda de que Scicluna va a transmitir lo que realmente está pasando en Chile”, explicó tras la cita, como recoge La Tercera.

Según señaló Hamilton a los medios, el hecho de que el Vaticano haya enviado a un investigador “es una señal de la desinformación, de no escuchar a los que realmente debiera escuchar. Es otro elemento más de cómo (Ricardo) Ezzati y (Francisco Javier) Errázuriz dicen lo que quieren. Son dos viles delincuentes capaces incluso de engañar al Papa”.

Hamilton indicó que él junto a José Andrés Murillo y Juan Carlos Cruz fueron quienes personalmente hicieron llegar las acusaciones al Vaticano. “Ezzati es un mentiroso, porque con los primeros antecedentes nunca se inició nada. El procesos se inició cuando nosotros fuimos a iniciar la nueva denuncia. Recién esa fue la denuncia que llegó al Vaticano”, dijo. Con respecto a lo hablado con Scicluna, explicó que fue un espacio de escucha y de mucho respeto. “Estoy seguro de que los informes que salgan de aquí de Chile van a ser veraces y sinceros”, concluyó.

“Detengan la violencia contra las minorías”

“Es urgente detener la violencia dirigida contra las minorias”. Este es el llamamiento de los líderes religiosos de India a todos los políticos. Según la agencia Fides, estas palabras se han pronunciado durante un seminario interreligioso celebrado en Bhopal, centrado en el tema de la paz y la armonía nacional, en el que han participado líderes hindúes, cristianos, musulmanes y de otras religiones.

Los líderes presentes han recordado el gran número de episodios de violencia contra la comunidad cristiana en el país el pasado año, particularmente en el Estado de Madhya Pradesh. Según un informe de la organización cristiana Evangelical Fellowship of India, 2017 fue uno de los años más traumáticos para los cristianos en la India, con, al menos, 351 casos de violencia. Y este número solo recoge los episodios denunciados.

“Tomen medidas rigurosas y urgentes contra los grupos responsables de este caos”, reclamaron. El líder hinduista Acharya Maharaj y el musulmán Shahar Quazi Mohammad Ishrat Ali han denunciado “fuerzas extremistas contra cristianos y otros grupos vulnerables”. El obispo de Indore, Chacko Thottumarickal presentó una memoria, firmada conjuntamente por todos los demás líderes, para ser presentado a la clase política, en el que se enumeran varios incidentes, tales como la detención de niños bajo el pretexto de ralentizar las conversiones, la irrupción de militantes hindúes en reuniones de oración.

El sacerdote que escala montañas para llegar a la parroquia

La fe mueve montañas. Y este sacerdote las escala. Cada día, el padre Haylesilassie Kahsay, sacerdote copto de Etiopía, sube una montaña de 250 metros de altura para celebrar misa en la iglesia de Abuna Yemata Guh, al norte del país. Dos horas es el recorrido que realiza Kahsay para poder llegar a su parroquia.

Fe en sus posibilidades físicas también tiene este sacerdote, pues escala la montaña sin zapatos ni cuerdas. Una historia que se ha conocido gracias a la grabación de un reportaje por parte de BBC, y que recoge The Tablet. “No tengo miedo cuando voy a la iglesia porque escalo todos los días. Es muy difícil, pero me parece manejable”, dijo el padre Haylesilassie a los reporteros americanos.

“Me levanto muy temprano por la mañana y luego trabajo en casa hasta las 6 de la mañana. Cuando salgo estoy muy feliz porque camino hacia Abuna Yemata”, comenta. Y recalca: “Estoy feliz de corazón”. El sacerdote pasa su tiempo en la montaña estudiando textos antiguos. “No hay nadie con quien hablar. Te comunicas con Dios y compartes tus secretos con Él. Y entonces tu mente se vuelve libre y feliz”, explica. Y concluye: “Si lees y entiendes la palabra de Dios, sabe tan dulce como la miel”.

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