Giro inesperado en el caso Barros. El arzobispo de Malta y enviado del Papa para investigar las acusaciones de encubrimiento contra Juan Barros, Charles Scicluna, fue sometido hoy, 21 de febrero, a una cirugía tras sufrir complicaciones en la vesícula. Scicluna estará fuera de juego durante 8 o 10 días, según el parte médico, por lo que Jordi Bertomeu, el sacerdote español que le acompañaba en esta misión, asume el mando y continuará entrevistándose con las víctimas hasta el viernes 23 de febrero.
Scicluna llegó a Chile este lunes 19 de febrero. Ayer mismo se entrevistó con James Hamilton, una de las víctimas que señala al actual obispo de Osorno como encubridor de los abusos perpetrados por el sacerdote Fernando Karadima. Pese a que desarrollaba su agenda con total normalidad, anoche tuvo que ser ingresado en la Clínica UC San Carlos de Apoquindo. Así lo confirmó el portavoz de la Conferencia Episcopal Chilena, Jaime Coiro, quien indicó que Scicluna llevaba varios días indispuesto. Al tiempo, transmitió tranquilidad, porque “los problemas que afectan al arzobispo no son extremadamente serios, pero tampoco estamos lidiando con una dolencia muy simple”.
Según fuentes citadas por el diario local La Tercera, el sacerdote ha sido sometido a una cirugía laparoscópica, la cual es mínimamente invasiva, debido a una colecistitis (inflamación de la vesícula). Se espera que pueda ser dado de alta entre el jueves y viernes.
Bertomeu, oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, estaba actuando de notario en el caso. Sin embargo, ahora toma el control y otro sacerdote lo acompañará actuando como notario. Scicluna ya había tenido oportunidad de reunirse con dos de los principales denunciantes, Juan Carlos Cruz, cuyo encuentro tuvo lugar el sábado en Nueva York, y Hamilton, con el que conversó ayer. La agenda para hoy incluye un encuentro con la organización de laicos de Osorno.
Se espera que en las próximas horas se entregue un parte médico sobre el estado de salud del enviado del Papa.
Jordi Bertomeu, vicario judicial de la Diócesis de Tortosa, ha impartido conferencias y seminarios a episcopados de varios países de América Latina, como los de Colombia o Argentina, así como a miembros de tribunales eclesiásticos y canonistas de ese continente. En concreto, del pasado 3 al 5 de febrero de 2017, estuvo en la Asamblea de la Conferencia Episcopal Colombiana para ofrecer un curso sobre protección de menores. “La Iglesia debe ser un lugar seguro, por ello está comprometida en estar vigilante y en hacer justicia”, afirmó el sacerdote ante los obispos.
Bertomeu les indicó también que “no podemos tolerar que se tape o esconda para que la Iglesia no quede mal. La Iglesia ya está mal cuando hay un delito de este tipo”.
Entre otras cuestiones, Bertomeu, que sigue compaginado su trabajo en la Curia vaticana con labores diocesanas, les ha explicado el procedimiento penal administrativo y la praxis de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Pero junto a estas cuestiones, Bertomeu ha reflexionado también a lo largo de su ministerio sobre temas pastorales y la labor del laicado. Así, ha participado en jornadas y debates sobre el papel de las parroquias y las unidades pastorales y ha publicado recientemente el libro ‘La participación de los laicos en el ejercicio de la cura pastoral parroquial: ¿Expresión de una nueva ministerialidad en la Iglesia?’.