La Diócesis de Vitoria trabaja desde hace años por la reconciliación de la sociedad vasca que tantos daños a sufrido a través de la lacra del terrorismo de ETA. En un proyecto más específico, desde el curso pasado, el Secretariado Social Diocesano impulsa la iniciativa ‘Paz y Reconciliación’ y el pasado 20 de febrero celebró una nueva sesión de ‘Escuchar a las víctimas’.
En esta ocasión la invitada fue Mª. Carmen Hernández, viuda de Jesús Mª. Pedrosa, quien fue concejal del PP de Durango, miembro del sindicato nacionalista ELA, trabajador de la industria metalúrgica, padre y marido. El asesinato, ocurrido hace 18 años, supuso el primer asesinato de un edil popular tras la tregua en la que el Gobierno de Jose María Aznar intentó negociar con la banda terrorista.
“Hay que acercarse a las víctimas desde el respeto: respeto a sus sentimientos, respeto a su proceso, respeto a su momento. Se merecen ser escuchadas, se merecen verdad, justicia y reparación, y a la vez, con su testimonio, nos enriquecen y nos humanizan”, explica Maite Leanizbarrutia, del equipo de Paz y Reconciliación del Secretariado Social Diocesano.
Leanizbarrutia estuvo presente durante la charla en la que Hernández manifestó ser una profunda seguidora de Jesús, ya sabía que iba a perdonar, aun sin que le pidieran perdón. “Cuando te encuentras con Mari Carmen tienes ante ti el espejo en el que mirarte como persona y como cristiana; es una mujer absolutamente admirable que adoptó una actitud firmemente activa para que el brutal asesinato de su marido Jesus Mari, no cayera en saco roto”, explica Leanizbarrutia.
Reconocimiento para todas las víctimas
El ánimo de trabajar por la convivencia ha hecho que Carmen se acerque a otras víctimas, más allá de las víctimas de la banda terrorista ETA. En el momento en el que nos damos cuenta, en palabras de Maite, de que “el dolor es el mismo, que la injusticia de que te arrebaten a un ser querido de manera violenta es la misma” es sencillo llegar a un entendimiento y a un acuerdo. De este modo Hernández pide “reconocimiento e igualdad de trato para todas las víctimas, vengan de donde vengan”. También reivindica la memoria como antídoto “para que todo esto no se vuelva a repetir”. No quiere olvidar, pese al perdón, porque termina diciendo que “no hay que pasar página sin haberla leído antes”.