Hasta el próximo domingo 25 de febrero está abierta la exposición sobre el ilustrador checo Alphonse Mucha, en el palacio de Gaviria de Madrid, que muestra su lado espiritual más desconocido.
Puede que no se conozca su nombre a la primera, pero sus obras se han colado en multitud de artículos de la vida cotidiana, chocolatinas, cajas metálicas de galletas… Sin duda, es uno de los máximos representantes del Art Nouveau que se muestra en sus carteles, decorados con mujeres sensuales, flores y formas geométricas.
La exposición cuenta con más de 200 obras con las que hacer un viaje retrospectivo por la experiencia artística de Mucha, en el que descubrir más allá de su obra más trivial y comercial, su lado más místico y religioso.
Un ser humano profundamente espiritual
La muestra presenta a un ser humano profundamente espiritual. Mucha tenía pasión por el ocultismo, entendido como rama de la teosofía que busca la verdad espiritual trascendiendo el mundo visible y material. Añadiendo a esto la participación del artista en una logia parisina lo que ayudó en el desarrollo de su conciencia de libertad.
Las influencias del espiritualismo y la filosofía masónica en las obras del artista checo se ponen especialmente de manifiesto en su libro ilustrado ‘Le Pater’, que también puede verse en la exposición de Madrid dentro de la sección ‘El Místico’. El libro es una edición ilustrada del padrenuestro con la intención de que las generaciones futuras pudieran, a través del progreso, acercarse a la imagen del padre.
Mediante ese recorrido interior, el pintor llegó a sintetizar las tres virtudes fundamentales de la humanidad –belleza, verdad y amor–, convenciéndose de que la divulgación de este mensaje a través del arte contribuiría a mejorar el mundo y favorecer la evolución del ser humano.
