La crisis en Intermón Oxfam, incluidas varias dimisiones en su seno tras conocerse los escándalos sexuales protagonizados por un equipo que acudió a Haití tras el terremoto de 2010, así como otro caso de corrupción protagonizado por su presidente en Guatemala, ha dejado mal parada la imagen de la prestigiosa entidad.
Para analizar las consecuencias sobre el Tercer Sector, Vida Nueva recaba la opinión de algunas de las principales instituciones católicas de nuestro país. Desde Manos Unidas reconocen que, “desgraciadamente, cuando se siembra la duda sobre la buena conducta de algunos miembros de ONG, la gente desconfía de todo el sector”. Por ello, apelan a un juicio equilibrado: “Los casos reprobables son una excepción. La norma general es que las organizaciones trabajan muy duro por un mundo más justo y por mejorar las condiciones de vida de millones de personas”.
El redentorista José Miguel de Haro, director de la ONG Acoger y Compartir, muy activa precisamente en Haití, muestra su “total repulsa” a lo ocurrido en Intermon Oxfam, pero reivindica que “estas grandes entidades hacen mucho bien. Pediría no generalizar. No todas las personas son responsables de esos abusos. Tampoco podemos utilizar estas experiencias de humillación para dejar de ayudar”, y “siempre es posible colaborar con otras entidades”.
Desde Entreculturas, su director de Personas y Organización, David Alonso, expresa, en primer lugar, “nuestra total solidaridad con las mujeres víctimas de estos abusos, así como nuestro compromiso inequívoco con la equidad de género como parte fundamental de nuestra identidad y misión, por lo que condenamos este y cualquier otro comportamiento que suponga abuso y violencia”.