Francisco expone sus principales conclusiones tras su retiro de meditación y oración
Fin de los ejercicios espirituales de la Curia vaticana con el Papa al frente. Seis días de silencio, editaicón y oración en la casa Divino Amor de la localidad romana de Ariccia. Dirigidos por el portugués Josè Tolentino Mendonça, estuvieron vertebrados por el tema “Elogio de la sed”.
Antes de su regreso a Roma, Francisco quiso agradecer al sacerdote su labor: “Gracias por habernos hablado de la Iglesia, por habernos hecho sentir la Iglesia a este pequeño rebaño. Y también por habernos exhortado a no ‘reducirlo’ con nuestras mundanidades burocráticas”.
Francisco también le agradeció su empeño en recordar a los participante que “la Iglesia no es una jaula para el Espíritu Santo, que el Espíritu vuela también fuera y trabaja fuera. Y con las citas y las cosas que usted nos ha dicho nos ha hecho ver cómo trabaja en los no creyentes, en los ‘paganos’, en las personas de otras confesiones religiosas: es universal, es el Espíritu de Dios, que es para todos”. En esta línea, el Papa apuntó que hoy también existen ‘centuriones’, “los ‘guardianes de la cárcel de Pedro’ que viven una búsqueda interior o también saben distinguir cuando hay algo que llama”.
“Gracias por esta llamada a abrirnos sin miedo, sin rigidez, para ser suaves en el Espíritu y no momificados en nuestras estructuras que nos cierran”, añadió Jorge Mario Bergoglio que subrayó como los ejercicios concluían con un envío a la oración por la paz en Sudán del Sur y Congo.