Es la mujer más poderosa en el mundo de la moda. Y ejerce. Si ella no acude a la primera fila de tu desfile, no existes. Siempre parapetada tras unas gafas de sol que la llevan a distanciarse de cualquier interlocutor en particular y del mundo en general. Icono, por tanto, que no se separa de sus lentes ni cuando ocupa el “front row” de los desfiles de medio mundo a los que asiste. Ni si quiera se despojó de ellas la semana pasada cuando acudió a la semana de la moda de Londres y se sentó junto a ella la reina Isabel II.
Tal es su fama que llegó a inspirar la película ‘El diablo viste de Prada’, dibujándola como un ser frío y calculador, dentro de su profesionalidad. Sin embargo, ella misma contrarrestaría después con la participación en un documental biográfico en el que, sin renunciar a parte de esa etiqueta de mujer fatal, se justificaba por su alto grado de profesional y perfeccionismo. Donde empieza y terminan las leyendas urbanas solo lo saben ella y su entorno.
Diálogo fe y cultura desde la costura
Ella es Anna Wintour, la editora de Vogue América, la revista de referencia en el diseño que hoy aterriza en Roma. En el Vaticano. Es la encargada de presentar ‘Cuerpos celestiales: la moda y la imaginería católica’, la histórica exposición que acogerá del 10 de mayo al 8 de octubre el MET (Metropolitan Art Musseum) de Nueva York.
En ella, no solo de podrán ver vestidos y complementos de diseñadores inspirados en la Biblia y en la historia de la Iglesia, sino que también se expondrán ropajes y accesorios de hasta quince papas diferentes, desde el siglo XVIII hasta hoy. Una ambiciosa muestra que busca acercar los iconos católicos a una sociedad secularizada a través de cuatro salas en la Quinta Avenida y un quinto espacio en Fort Tryon Park.
El acto de presentación de la muestra del MET tendrá lugar esta mañana en el Palazzo Colonna y será el cardenal Gianfranco Ravassi, como presidente de Pontificio Consejo de la Cultura, quien ejercerá de anfitrión de Wintour –con o sin gafas–.
El calificativo “histórica” para la exposición no es retórica en tanto que se trata de la primera que vez que el centro de arte en Manhattan escoge esta temática y la desarrolla, queriendo mostrar al público las influencias de la religión católica en el mundo de la moda. Tanto es así que la gala más importante que se celebra anualmente en la ciudad amparada por el museo y que tendrá lugar el 8 de mayo, propondrá a sus invitados que escojan estilismos inspirados precisamente en la muestra. Baste decir que los coanfitriones del evento son la cantante Rihanna y Amal Clooney –esposa del aclamado actor– para valorar el eco del evento.
Dos años de negociaciones
“Hemos estado negociando con la Santa Sede durante dos años y ha requerido de ocho viajes al Vaticano”, explica el comisario de MET, Andrew Bolton, sobre los preparativos que adelanta, cómo entre las piezas más especiales se encuentra la casulla diseñada por Jean-Charles de Castelbajac para Juan Pablo II con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud de París, en 1987: “Se trata de una prenda bordada con cruces bizantinas arcoíris de la mano de Maison Lesage, una de las casas de bordado más antiguas de la alta costura francesa”.
Eso sí, la Santa Sede ha cedido las piezas con una condición: que las vestimentas donadas para la ocasión se exhiban en salas diferentes de las de los creadores que se han inspirado en el orbe católico para realizar sus diseños. Y es que también se verán obras con reminiscencias católicas de Coco Chanel –criada en el orfanato de un monasterio de monjas en Aubazine–, de Gaultier, Galliano, Dolce&Gabbana, Versace o Yves Saint Laurent.
Entre ellos, un español, el impecable Cristóbal Balenciaga. “Católico de profundas convicciones, sus biógrafos no dudan en señalar que vivía su trabajo como una auténtica vocación religiosa. Es más, sus colaboradores comparan el día a día en el taller como si el espacio se tratara de un monasterio”, explica Bolton que recuerda cómo, cuando era niño Balenciaga era monaguillo y siempre tuvo como referencia a su tío Julián, párroco de la iglesia de San Salvador de Guetaria.