El Palazzo Colonna de Roma acogió ayer, 26 de febrero, la presentación a los medios de las piezas que el Vaticano prestará para la exposición ‘Heavenly Bodies: Fashion and the catholic imagination’ (‘Cuerpos Celestiales: la moda y la imaginería católica’). Dicha muestra podrá visitarse en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, conocido como MET, a partir del 10 de mayo, y será la más importante que exhiba el Museo este año. Prueba de ello es la gran cantidad de espacios que el Museo habilitará para la ocasión.
La unión de las tres V: Vaticano, Vogue y Versace
En la presentación estuvieron Anna Wintour, editora de Vogue; la diseñadora Donatella Versace, y el presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, el cardenal Gianfranco Ravasi, ya que este órgano es el que se encarga de administrar exposiciones y préstamos del Vaticano. El tema escogido para la exposición busca representar la enorme influencia que ha tenido la Iglesia católica en la moda a través de los siglos. “Parte del poder de la Iglesia venía de cómo se vestían. Tienen una presencia extraordinaria”, dijo Wintour a AP.
En este sentido Andrew Bolton, comisario de la exposición, aseguró que “algunos pueden considerar la moda un medio inadecuado para hablar de ideas como lo sagrado o lo divino. Pero la ropa es clave para cualquier discusión sobre religión. Reafirma las lealtades religiosas y, por extensión, establece diferencias entre religiones”. Por su parte, el cardenal aseguró que “Dios mismo se preocupó de cómo se vestían sus criaturas”, recordando que la ropa es un asunto central en el relato de la expulsión del Paraíso de Adán y Eva, algo que además es prueba de que “vestirse es un acto profundamente simbólico” además de una necesidad física.
Tesoros papales y diseñadores icónicos
El Vaticano expondrá en Nueva York alrededor de 40 piezas de ropa y accesorios de 15 pontificados distintos. Esto incluye, además de vestimentas papales, varias mitras y tiaras, ya en desuso, que actualmente forman parte del tesoro de los Museos Vaticanos. La mayoría de las piezas que se enviarán a EEUU no han sido expuestas jamás fuera del territorio soberano de la Santa Sede, y algunas se remontan al siglo XVIII, por lo que las negociaciones han sido arduas y largas, a pesar de que medios italianos aseguran que es iniciativa del Vaticano. Concretamente se han alargado dos años, y finalmente el dicasterio presidido por Ravasi ha puesto una condición: que las piezas prestadas por el Vaticano se dispongan en salas separadas del resto de la muestra.
Y es que la exposición busca mostrar la influencia de la Iglesia en la moda, por lo que se exhibirán piezas de los mejores diseñadores del último siglo, incluyendo a Coco Chanel o el español Balenciaga, pero eso sí, salvando las distancias con los atributos papales que han sido parte de la historia de la Iglesia durante varios siglos.