El Obispado de Lleida ha asegurado hoy, 6 de marzo, que la colocación en iglesias de lazos amarillos pidiendo la libertad para los presos relacionados con el proceso soberanista es ajena a la diócesis. Así lo afirma la diócesis pastoreada por Salvador Giménez por medio de un comunicado.
“Ante la inquietud de algunos fieles por la aparición de lazos amarillos en algún templo de la Diócesis de Lleida, este Obispado quiere manifestar que la colocación de estos símbolos es ajena a la Diócesis, a la que nadie ha pedido autorización”, reza el texto.
En este sentido, el Obispado añade que, “como recordaba la reciente nota de los obispos de la Conferencia Episcopal Tarraconense, el Obispado de Lleida busca siempre la unidad y la comunión de todos los fieles, y pide que sean instrumentos de paz y reconciliación en medio de la sociedad catalana, y no dejar de rezar al buen Dios por la paz y la justicia en Catalunya”.
Giménez se refiere al mensaje hecho público el pasado 16 de febrero por la Tarraconense, en el que tras casi medio año después de su último pronunciamiento sobre la situación catalana, los obispos recordaron que “existe un problema político de primer orden que obliga a buscar una solución justa a la situación creada que sea mínimamente aceptable para todos, con un gran esfuerzo de diálogo desde la verdad, con generosidad y búsqueda del bien común de todos”.
Por ello, en la nota aprobada por unanimidad, los pastores hacen un llamamiento a todos “para esforzarnos en rehacer la confianza mutua en el seno de una sociedad como la nuestra, en la que se da una gran pluralidad cultural, política y también religiosa”. Y es que “la cohesión social, la concordia, la cercanía mutua y el respeto a los derechos de todas las personas que viven en Cataluña deben ser uno de nuestros objetivos prioritarios en este momento”.
En la misma misiva, los obispos también mencionaron una “cuestión concreta que nos preocupa”, que es la de los políticos que participaron en el procés y que siguen en la cárcel. “En cuanto a la prisión preventiva de algunos antiguos miembros del Gobierno y de algunos dirigentes de organizaciones sociales, sin entrar en debates jurídicos, pedimos una reflexión serena sobre este hecho, en vistas a propiciar el clima de diálogo que tanto necesitamos y en la que no se dejen de considerar las circunstancias personales de los afectados”, señala el escrito.