El doctor Martínez González, del Comité de Bioética de la CEM, aseguró que tras la multiplicación de los métodos anticonceptivos, actualmente numerosas naciones tienen este problema
“La encíclica Humanae Vitae de Pablo VI fue profética y valiente al oponerse a la ideología anticonceptiva, pero como no se le hizo caso, ahora tenemos una ideología consumista y hedonista, para la cual los hijos son un problema”.
En entrevista para Vida Nueva Digital, el doctor Óscar Javier Martínez González, miembro del Comité de Bioética de la Conferencia del Episcopado Mexicano, explica que a medio siglo de la publicación de aquel documento pontificio, ha cambiado radicalmente el valor que se le otorga a la vida humana.
En los años 60 del siglo pasado –indicó– los países tenían un índice demográfico de 3, 4, 5 o más hijos por matrimonio, pero tras la multiplicación de los métodos anticonceptivos y artificiales, actualmente numerosas naciones sufren de una inversión demográfica.
“En Europa, principalmente, hay muchos países en los cuales ya no nacen suficientes hijos como para reemplazar a la población. En cambio, las culturas o religiones que no cedieron a esas presiones político-demográficas, como los musulmanes, siguen teniendo de 5 a 6 hijos”, señaló.
Para el también profesor de Bioética de la Universidad Anáhuac, la vida humana es ese regalo que “podemos tener, pero no entender”, porque el ser humano no ha sido todavía capaz de generarla: “la vida humana no está en manos de las personas que trabajan en las clínicas de reproducción asistida, está en los precursores, es decir, en el espermatozoide y el óvulo, que el ser humano –pese a los avances de la ciencia– no ha podido fabricar”.
Aseguró que al reflexionar sobre la vida, lo primero que debemos hacer es maravillarnos de lo que la naturaleza es capaz de generar; y si se estudia desde el punto de vista filosófico –dijo– “darnos cuenta que tenemos una dimensión espiritual, un alma, que tampoco puede ser generada por el ser humano”.
El doctor Martínez aseguró que “el Ser creador es el único que puede generar un espíritu: no sabemos en qué momento va a entrar y salir el alma del cuerpo, pero sí sabemos que todos los seres humanos tenemos esa dimensión espiritual que nos permite nuestra inteligencia y nuestra voluntad libre”.
Tras asegurar que si bien la eutanasia y el suicidio asistido van al alza, dijo que estas cifras no se comparan con el número de abortos que se practican en la actualidad. Y es que, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, entre el 2010 y el 2014 se registraron 50 millones de abortos en todo el mundo.
Añadió: “tan solo en la Ciudad de México, donde está legalizada esta práctica hasta las 12 semanas de gestación, se habla de casi 200 mil abortos registrados del 2007 al 2018, aunque hay estudios que señalan que la cifra se queda corta”, agregó.
En este sentido, el especialista en bioética apuntó que se trata de cifras escandalosas, toda vez que no son abortos espontáneos, sino provocados, gracias a leyes, ideologías y cambios que el mismo ser humano ha hecho para controlar la demografía.
Finalmente, el doctor Martínez González advirtió que si bien hay quienes tienen una visión más pesimista, y aseguran que la raza humana se va a terminar tarde o temprano por estar jugando con estas reglas de la naturaleza a través de ideologías de género y de otras que van en contra de la vida y la familia, él piensa de manera diferente, y confía en que la familia seguirá siendo vigente a pesar de tantas presiones ideológicas y políticas. “Al final vencerá el bien y la verdad, y la familia seguirá”.
Va más allá al asegurar que se aproxima un cambio importante, toda vez que “el péndulo ya caminó hacia la esterilización y hacia ‘la familia pequeña vive mejor’, y ahora viene de regreso al comprobarse que aquello no era cierto, y que las políticas demográficas que presentaron instituciones internacionales como la ONU y muchas otras no eran la solución a la situación económica del mundo”.
Cabe mencionar que el doctor Martínez González participó en el Congreso Teológico-Pastoral “Para que tengan vida”, que se llevó a cabo en la Universidad Pontificia de México los días 5 y 6 de marzo de 2018.