El obispo de Huelva, José Vilaplana, ha concedido una entrevista a Europa Press en la que ha hablado sobre la realidad eclesial tanto a nivel diocesano, como a nivel mundial. Destacando el “desafío importante” que supone para la Iglesia que “el mundo ha cambiado muy deprisa”, pese al “gran esfuerzo” que está haciendo la Iglesia.
Vilaplana ha diferenciado entre “los valores fundamentales de un mensaje como el de la Iglesia, que no se deben cambiar” con la importancia que tiene “agilizar lo que sí se puede cambiar, para acercarlo a las personas”.
El obispo onubense ha calificado al Concilio Vaticano II como el impulso “para entrar en el diálogo desde el mundo contemporáneo” y que todos los cambios desde entonces se han enfocado en “presentarse como una iglesia servidora y cercana”.
En una conferencia en para Centro de Estudios Pío La Torre, que se celebró en el Cinema Rouge et Noir, de Palermo, el arzobispo de la ciudad italiana, Corrado Lorefice, ha pedido perdón porque como Iglesia “hemos anunciado pero no practicado valores evangélicos para defender una tierra violada por los clanes”. Esta es la crítica que realiza al silencio que a menudo, en el pasado, ha marcado la relación entre la Iglesia y la mafia.
“Sin embargo, si hoy estoy aquí esperando con confianza a una Sicilia liberada – continúa Lorefice – si estoy aquí para esperar un futuro de paz, justicia y dignidad, es porque a lo largo de los años esta actitud de la Iglesia ha cambiado“. El arzobispo también quiso recordar a dos sacerdotes y un juez que fueron asesinados por la mafia napolitana y con los que Lorefice pudo compartir tiempo y misión hace años.
Uno de los teólogos de cabecera del Papa y rector de la Universidad Católica Argentina, Víctor Manuel Fernández ha dialogado con ‘Vatican Insider’ sobre los 5 años de pontificado de Francisco. Este ha destacado la “invitación constante, con palabras y gestos, a volver a la frescura original del Evangelio” del obispo de Roma.
Continuando en la misma reflexión, el rector de la UCA, ha criticado a aquellos “miembros de la Iglesia que hablan poco de Jesucristo, que no muestran afecto y admiración cuando lo nombran”. Continuando con las resistencia que todavía hay para “dejar la comodidad de las estructuras que nos dan seguridad, pero que cada vez atraen a menos fieles”.