Tras las recientes movilizaciones de pensionistas que han vuelto a poner en primera plana la situación del sistema público de pensiones españoles, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) ha presentado un comunicado en el que reclama un gran acuerdo social y político que consensúe políticas públicas para garantizar que el sistema público de pensiones siga siendo un pilar esencial del Estado de bienestar y solidario entre generaciones.
En opinión de este grupo especializado de Acción Católica la actual situación del sistema público de pensiones es síntoma de un problema mucho más grave de cara al futuro. El gobierno ha optado por condicionar las pensiones a un modelo socioeconómico basado en el crecimiento, que busca la máxima rentabilidad; sustentado en el empleo precarizado, como consecuencia de la última reforma laboral; y el debilitamiento de los derechos sociales, por las políticas de ajuste durante la crisis, en lugar de lo que sería justo: transformar el modelo económico para responder a las necesidades sociales, con un reparto más equitativo de la riqueza.
Para la HOAC, el problema no es de sostenibilidad del sistema de pensiones por falta de recursos, sino de falta de justicia en la redistribución y el uso de la riqueza social, que son opciones de políticas públicas.
Según ha informado el Vaticano, ayer Francisco se reunió con Bernice Albertine King, hija menor del pastor evangélico y premio Nobel de la Paz, Martin Luther King.
Bernice Albertine recibió, el pasado 10 de marzo, el Premio Internacional de mujeres comprometidas con la no violencia y la paz. Este premio se entregó en Monteleone, que pertenece a la región italiana de Apulla, al sur de Italia.
El cardenal de Hong Kong, Joseph Zen, advirtió el martes que el acuerdo latente entre la Iglesia Católica y Beijing atentaría contra a libertad religiosa en China. Para el cardenal: “Por lo que podría saber o adivinar, será un desastre”.
El obispo de 86 años ha sido uno de los opositores más enérgicos a una propuesta de acercamiento entre el Vaticano y China, que rompió relaciones diplomáticas en 1951.
Mientras aún está en marcha, el Vaticano reconocería a siete obispos ya nombrados por el Partido Comunista sin la aprobación del Papa – y considerados obispos renegados fuera de China – allanando el camino para mejorar las relaciones con Pekín.