“La otra noche tuve un sueño que parecía real: venía hacia a verme en helicóptero y me abrazaba como un padre a su pequeña a pesar de que soy una mujer de 60 años años”. Con esta emoción Nunzia Mattera se dirigía al Papa Francisco, que la llamó por teléfono el pasado domingo para interesarse por la salud de esta napolitana madre de familia.
Nunzia, enferma de cáncer, es conocida en la ciudad de Ischia, por ser la fundadora de la asociación dedicada a ayudar a familias en riesgo de exclusión. “Me contó lo que le sucede el obispo Pietro Lagnese”, explicó el Papa a la mujer, que con su particular sentido del humor, añadió: “No he podido ir en helicóptero pero he venido a verte por teléfono”. “Es lo más bonito que podía recibir en mi vida”, le contestaba ella entre lágrimas.
La mujer le correspondió al Papa con un agradecimiento constante, haciendo especial hincapié en el apoyo que Bergoglio había mostrado a la región tras el terremoto sufrido el pasado mes de agosto. Francisco se despidió con su habitual petición de oración, que adaptó para la ocasión: “Rezo por ti… Y rezas por mí”.