En el cincuenta aniversario de la muerte de San Pío de Pietrelcina, o más popularmente conocido como Padre Pío, Francisco ha viajado a los lugares donde este humilde fraile desarrolló su labor y fue considerado santo ya en vida. El Papa ha visitado tanto Pietrelcina, lugar de nacimiento del capuchino, como San Giovanni Rotondo, donde el santo desarrolló buena parte de su vida y obra, y donde murió en 1968.
El olmo de los estigmas
La mañana comienzó muy temprano para el Pontífice, que tomó un helicóptero a las 7 de la mañana con destino a Pietrelcina, donde le recibío el alcalde de la localidad y el arzobispo de Benevento, Felice Accrocca. Tras los saludos protocolarios, el obispo de Roma se acercó a la capilla de San Francisco y al olmo de los estigmas para rezar en el lugar de oración del santo. Un saludo a los fieles que se acercaron hasta el pueblo que finalizó con otro saludo a la comunidad de capuchinos que viven allí.
La Casa de alivio del sufrimiento
Tras concluir su visita a Pietrelcina, Francisco tomó de nuevo el helicóptero que le llevó a San Giovanni Rotondo. Allí fue recibido por el arzobispo de Manfredonia-Vieste-San Giovanni Rotondo, Michele Castoro y las autoridades locales. Tras los saludos protocolarios fue llevado en el papamovil hasta el hospital, fundado por el santo italiano “Casa de alivio del sufrimiento”, donde bendijo a los enfermos. El Papa se acercó al Departamento de Oncología Pediátrica del hospital y saludó al director de la institución sanitaria para visitar a los niños y niñas ingresados en la tercera planta del hospital.
En San Giovanni Rotondo visitó el Santuario de Santa Maria delle Grazie, donde saludó al provincial de la orden capuchina y a los rectores del templo. Aprovechó para venerar los restos del santo y el crucifijo de los estigmas.
Para finalizar la jornada de visita, Francisco celebrará la eucaristía en el atrio de la Iglesia de San Pío da Pietrelcina, momento central de la visita al santo de los estigmas. Tras la eucaristía, Francisco volvió al Vaticano.