Incluir la enseñanza de la religión y a su profesorado en el Pacto Educativo. Ese es el objetivo del documento consensuado por las plataformas autonómicas de profesores de Religión el pasado sábado en Madrid y que este lunes, 19 de marzo, entregan en la Subcomisión parlamentaria, que, a pesar del abandono de varias formaciones políticas, como PSOE y Podemos, estudian dar estabilidad a un sistema educativo que ha sufrido múltiples vaivenes desde el restablecimiento de la democracia en España.
“Los profesores de Religión –señala el documento– consideran necesario reactivar una movilización social, sindical y política para reivindicar la consideración de la enseñanza de la religión como parte de la mejor escuela de todos, especialmente de la escuela pública; se hace necesario volver a visibilizar el colectivo profesional de profesores de Religión, que aun habiendo alcanzado mejores condiciones laborales que hace alguna década, sigue privado de un acceso a la función pública por oposiciones, lo que legitimaría definitivamente su estatus de trabajador y también la consideración curricular de la asignatura”.
“Plena estabilidad laboral”
Una de las claves la propuesta de los profesores de Religión es su petición de seguir avanzando “en la plena estabilidad laboral de este colectivo, que supera los 12.000 profesores en centros públicos, todos ellos con la debida titulación”. Desde 2006, con la LOE, tienen consideración de personal laboral indefinido y ahora reclaman “una consideración de funcionarios, estableciendo un nuevo sistema de acceso a la profesión por oposición, como todas las otras asignaturas“.
La Plataforma Estatal de Profesores de Religión (compuesta por docentes de Asturias, Andalucía, Navarra, Madrid, País Vasco, Extremadura, Zamora, León, Burgos y Alicante, entre otros lugares) “apuesta por la presencia de la enseñanza de las religiones en el sistema educativo como una asignatura necesaria para la formación integral de los alumnos y alumnas, aunque está abierto a diversas fórmulas curriculares para garantizar las exigencias propias de la escuela de ofrecer una formación capaz de desarrollar la personalidad de los estudiantes de manera integral”.