El Papa ha congregado hoy, 19 de marzo, a 300 jóvenes de todo el mundo en el Vaticano. ¿El motivo? Escucharles y alentarles de cara a la preparación de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Hoy ha tenido lugar la apertura de la Asamblea Plenaria de la Reunión Pre-Sinodal, que se alargará hasta el próximo 24 de marzo, en el Pontificio Colegio Internacional Maria Mater Ecclesia.
Cinco de los 300 jóvenes ofrecieron su testimonio desde la realidad de su país, ante la atenta mirada del Papa y del cardenal secretario general del Sínodo, Lorenzo Baldisseri. Después de las diferentes alocuciones en sus lenguas maternas, el Pontífice tomó la palabra. Durante su breve discurso subrayó la necesidad de reapropiarse del entusiasmo de la fe: “El corazón de la Iglesia es joven porque el Evangelio es una linfa vital que lo regenera continuamente”.
Según el Pontífice, “necesitamos reencontrar en el Señor la fuerza para recuperarnos de los fracasos, avanzar y fortalecer la confianza en el futuro. Y tenemos que osar senderos nuevos, incluso si implican riesgos. Debemos arriesgar, porque el amor sabe arriesgar; sin arriesgar, un joven envejece, y también envejece la Iglesia. Por lo tanto, necesitamos de ustedes, jóvenes, piedras vivas de una Iglesia con rostro joven, pero no maquillado: no rejuvenecido artificialmente, sino reavivado desde adentro. Ustedes nos provocan salir de la lógica del ‘siempre se ha hecho así’ para permanecer en modo creativo en la raíz de la auténtica Tradición”.
Francisco les agradeció su presencia en este presínodo –en el que “no todos son católicos y cristianos, ni siquiera todos creyentes”–, porque “vuestra contribución es indispensable”, ya que “Dios ha querido hablar a través de los más jóvenes”. Tampoco se olvido de dar la bienvenida “a todos aquellos que nos seguirán por Internet estos días”. Y prosiguió: “A menudo se habla de jóvenes sin interpelarlos”. Asimismo, criticó una cultura que “por una parte idolatra la juventud, tratando de que no termine jamás”, pero “por la otra excluye a los jóvenes de ser protagonistas”, “marginándolos de la vida pública”. Por eso, insistió en que “en la Iglesia no debe ser así”, y nuestra voluntad es “ponernos a la escucha de todos los jóvenes, sin exclusión”.
El Papa también ha pedido a los jóvenes que sean verdaderos evangelizadores, porque “no podemos tener solo para nosotros a quien nos cambió la vida –Jesús–”. Y es que, según sus palabras, “vuestros amigos aun sin saberlo, esperan a Jesús y su anuncio de salvación”.
Bergoglio señaló que el Sínodo será también “un llamado a la Iglesia para que redescubra un dinamismo juvenil renovado”. “También en la Iglesia debemos aprender nuevos modos de presencia y cercanía”, ha continuado. Por último, recalcó que “el diálogo cercano es de gran ayuda”. Por ello, “los invito entonces, esta semana, a expresarse franca y libremente. Ustedes son los protagonistas y es importante que hablen abiertamente. Te aseguro que tu contribución será tomada en serio. Desde ahora te digo gracias; y te pido, por favor, que no olvides rezar por mí”.