Hay muchas propuestas que pueden transformar el mundo desde lo cercano y lo sencillo. Comprar es un acto que tenemos interiorizado como parte de nuestro día a día. Vamos a la tienda o al supermercado y paseamos por los pasillos seleccionando los productos que vamos introduciendo en un carro. Después esperar la cola de la caja, la tarjeta de crédito, las bolsas… Un ritual que forma parte de nuestra vida.
La opción que tomó la parroquia de Ntra. Señora de las Rosas, en el popular barrio de San Blas fue la de constituir un grupo de consumo. Esto es, en teoría, la unión de varios consumidores, para comprar directamente al productor, sin la presencia de intermediarios. Aunque, como nos explica Miguel Ángel García, miembro del grupo de concienciación ecosocial de la parroquia, “todo depende de lo purista que quieras ser”.
Hace 7 años comenzaron con un grupo de consumo orientado hacia el comercio justo, de esta manera cualquier persona de la parroquia podría comprar cacao, infusiones o galletas producidas y distribuidas con los principios del comercio justo, centralizando su distribución en la parroquia. Aunque no es lo único que quieren hacer.
Entre varias familias han contactado con un productor avícola ecológico, de modo que el consumo de pollo lo realizan con una compra conjunta directa al dueño de la granja situada en el pueblo segoviano de Sanchonuño. “Nuestro objetivo a medio plazo es poder comprar vegetales y centralizar la entrega en la parroquia”, comenta Miguel Ángel, que de momento se conforma con centralizar un pedido en una ecotienda cercana.
El proyecto parroquial va más allá del grupo de consumo, porque, como explica Miguel Ángel, pertenecer a un grupo de consumo no es una opción aislada. Hay una apuesta personal y comunitaria por el decrecimiento y la energía verde, conceptos que suenan radicales, pero que se ven acompañadas por los tres talleres de conversión ecológica entorno a la encíclica De Francisco ‘Laudato si’’.
Hasta el momento, además de los grupos de consumo, la parroquia ha decidido, con el beneplácito del arzobispado de Madrid, que la empresa energética que suministra a la parroquia solo venda energía obtenida de fuentes renovables, como la energía eólica, hidroeléctrica o solar.
Un ejemplo de parroquia y fieles que se toman en serio la necesidad de transformar el mundo y lo hacen desde su experiencia personal, que combinada se multiplica. Algunos de los miembros del grupo han participado o participan en el grupo de consumo del 15M de San Blas. Saben que la transformación es progresiva, pero no quieren quedarse como agentes pasivos, sino tomar la iniciativa.