Mensaje Pascual de los Obispos de la Región Patagonia-Comahue

Los prelados expresan que “celebrar la Pascua es, entonces, celebrar el encuentro con Jesús Vivo y Resucitado que nos sostiene y le da sentido a nuestra vida. Con Él transformemos los lugares de muerte en lugares de vida…”

 

Mensaje Pascual de los Obispos de la Región Patagonia-Comahue

En su tradicional mensaje de Pascua, este año con el título ¡Jesús resucitado nos envía a renovar la historia!, los obispos del sur del país invitan a ponerse en movimiento, a compartir  la búsqueda y a explorar caminos y acciones para un proyecto colectivo.

Los llantos de este tiempo

Haciéndose eco de los llantos de este tiempo −de los que “doblegados por los dolores de la vida, han quedado sin fuerzas para seguir adelante” y ya no se atreven a soñar nuevos proyectos− enumeran las situaciones de la realidad común de hoy, como son la falta de unidad y comunión en la familia;  el sueldo que no alcanza; los derechos de ayer que se “rediseñan” y desaparecen en defensa de no se sabe qué intereses económicos; el llanto de los  jubilados sin otra expectativa que la resignación; el llanto de las familias porque un hijo ha caído en la droga, el padre se ha vuelto alcohólico o por la precariedad laboral; el llanto de los jóvenes que quieren crecer, avanzar, aportar sus capacidades y ven cerrado su futuro; el de las mujeres que sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia, o a quienes se les propone el aborto como una rápida solución a su profunda angustia.

“Jesús irrumpe también hoy en nuestra vida para que no pactemos con la resignación ni entremos en el juego que más les conviene a los que comercian con la muerte, a quienes procuran hacernos creer que ya no hay nada por hacer, que la partida está definida y que sólo nos queda una opción: darnos por vencidos. Él quiere que caminemos de su mano, siempre para adelante, ayudándonos a sanar heridas y a superar situaciones, historias, conflictos que sólo nos empantanan en rencores, tristezas o batallas irreales de guerras que no nos llevan a lugar alguno”, dicen los obispos patagónicos.

A la búsqueda del Resucitado

La propuesta es buscar nuevos horizontes para renovar la historia, ponerse en movimiento, por y con Jesús Resucitado, para sentirse “desafiados a redefinir nuestras búsquedas y explorar caminos y acciones en los que el bien común, el proyecto colectivo, ¡comunitario!, emerja con claridad y con una fuerza incontenible. No podemos ni debemos caminar solitariamente”

La firma conjunta de los mensajes −que los obispos renuevan cada Pascua y cada Navidad−,  pretende ser lazo de unidad para la tierra patagónica en los desafíos comunes y, en este tiempo, alientan a “renovar la historia, que supone que seamos muchos los que salgamos del lugar del lamento y de los brazos caídos. Y juntos, reconociéndonos como don de Dios para este momento de la historia, vayamos al encuentro de tantos hermanos y hermanas que están esperando un aliento y una oportunidad para ponerse de pie, para arremangarse y construir con libertad una historia que tenga sentido vivirla”.

Los obispos piden que “abramos nuestros ojos y corazón para reconocer también hoy su presencia y su estampa – ¡y sus llagas! – en personas y situaciones que, con su potencial todavía no desplegado, claman por llegar a la plenitud de la vida. Y aunque el mal nos siga rondando, no tiene fuerza de futuro porque Jesús lo venció”.

Y su conclusión, nos dicen que “celebrar la Pascua es, entonces, celebrar el encuentro con Jesús Vivo y Resucitado que nos sostiene y le da sentido a nuestra vida. Con Él transformemos los lugares de muerte en lugares de vida. Y recuperemos la alegría y el asombro ante los frutos imprevistos de amor y de paz con que Él bendice nuestros esfuerzos sostenidos”.

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