Lunes de Pascua. Un día de celebración y convivencia con la familia y amigos. Lo ha recordado el papa Francisco durante la oración del Regina Coeli hoy, 2 de abril, ante la multitud de fieles llegados de distintas partes del mundo a San Pedro para escuchar las palabras del Pontífice pronunciadas desde la ventana del estudio del Palacio Apostólico. Pero ha enfatizado que hoy es también un día para “redescubrir la fraternidad”.
“La fraternidad es el fruto de la Pascua de Cristo que, con su muerte y resurrección, derrotó al pecado que separaba al hombre de Dios, al hombre de sí mismo, al hombre de sus hermanos. Jesús ha roto el muro de división entre los hombres y ha restaurado la paz, comenzando a tejer la red de una nueva fraternidad”, ha afirmado. Por eso, “es tan importante en nuestro tiempo redescubrir la fraternidad, tal como se vivió en las primeras comunidades cristianas. No puede haber una verdadera comunión y un compromiso con el bien común y la justicia social sin fraternidad y sin compartir”. Y es que “sin un intercambio fraterno, no se puede crear una auténtica comunidad eclesial o civil: solo hay un grupo de individuos motivados por sus propios intereses”.
Durante su alocución, Bergoglio ha señalado que “la pascua de Cristo ha hecho estallar en el mundo la novedad del diálogo y de la relación, una novedad que se ha convertido en una responsabilidad para los cristianos. De hecho, Jesús dijo: ‘De esto sabrán todos que son mis discípulos; si se aman los unos a los otros’ ( Jn 13, 35). Es por eso que no podemos confinarnos en lo privado, en nuestro grupo, sino que estamos llamados a cuidar el bien común, a cuidar a nuestros hermanos, especialmente a los más débiles y marginados”, ya que “solo la fraternidad puede garantizar una paz duradera, puede vencer la pobreza, puede extinguir las tensiones y las guerras, puede erradicar la corrupción y el crimen”.
En la oración, Francisco ha recordado que “la Virgen María, que en este tiempo de Pascua invocamos con el título de Reina del Cielo, nos sostiene con sus oraciones, para que la fraternidad y la comunión que experimentamos en estos días de Pascua pueden llegar a ser nuestro modo de vida y el alma de nuestras relaciones”.
Tras concluir el rezo, el Papa ha deseado a los presentes que “pasen estos días de la Octava de Pascua en serenidad, en el cual se prolonga la alegría de la Resurrección de Cristo. Aprovechen cada oportunidad para presenciar la paz del Señor resucitado especialmente con respecto a los más frágiles y desfavorecidos”. En este sentido, aseguró una oración especial con motivo del Día Mundial de la Conciencia del Autismo, que se celebra hoy.
Antes de desear un buen almuerzo y recordar que no se olviden de rezar por él, Francisco ha invocado “el don de la paz para todo el mundo, especialmente para las poblaciones que más sufren los conflictos en curso. En particular, renuevo mi llamamiento para que los secuestrados o injustamente privados de libertad sean liberados y regresen a sus hogares”.