“Restringir el control total del Vaticano sobre el nombramiento de obispos no vulnera la libertad religiosa”, advierte Chen Zongrong, un funcionario que supervisa asuntos religiosos. En medio de las negociaciones históricas entre Beijing y la Santa Sede, el miembro del Partido Comunista recuerda que “la constitución china establece claramente que los grupos religiosos y los asuntos religiosos de China no pueden ser controlados por fuerzas extranjeras, y estas no deben interferir en los asuntos religiosos chinos de ninguna manera”.
Según el acuerdo que se está discutiendo, se espera que el Vaticano reconozca a siete obispos designados por Beijing no elegidos por el Papa, mientras que dos obispos “clandestinos” se echarían a un lado, como recoge AP. Bajo este acuerdo, la Santa Sede tendrá voz en los nombramientos de los futuros prelados.
Zongrong también ha manifestado que China ha hecho “grandes esfuerzos” para establecer relaciones con el Vaticano. Unas relaciones que darían a la Iglesia un marco legal para acoger a los 12 millones de católicos del país.
“La misoginia obviamente está presente en la Iglesia”. Así de claro lo ha manifestado el arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, en una entrevista a RTÉ Radio 1. El prelado respondía así a los comentarios de la expresidenta Mary McAleese sobre “el virus de la misoginia en la Iglesia católica”. Según las palabras de Martin, “todos nosotros tenemos que examinar nuestras conciencias para ver dónde estamos en esto”.
Durante la entrevista también habló sobre sobre las acusaciones de abuso contra el fallecido sacerdote Malachy Finegan. Aunque advirtió que no conocía los detalles, sí afirmó que las historias son “horrendas”, porque “este hombre fue horrible en la forma en que actuó”. Y añadió: “No sé si la gente lo ocultó o tuvo miedo de hablar”, pero “dejemos que la verdad salga”.
Sobre la próxima visita del Papa a Dublín con motivo del Encuentro Mundial de las Familias 2018, que él mismo coordina, el arzobispo señaló que Francisco se encuentre con familias en dificultades, refugiados, presos, pobres y víctimas de abusos.
El obispo de Chilpancingo, Salvador Rangel, se ha reunido con los narcos del peligroso estado mexicano de Guerrero para pedirles que no maten a más candidatos a las elecciones. Y es que varios aspirantes a cargos populares han sido asesinados en las últimas semanas. Ellos prometieron al prelado cumplir con su petición, pero para ello, han pedido dos condiciones: “evitar la compra de votos” y que “los candidatos cumplan, pues cuando llegan al poder se olvidan de la gente”.
“Aproveché para hablar con ellos, para pedirles que ya no hubiera más asesinatos de candidatos, y me prometieron que iban a evitar esto, y que dejarían una elección libre”, dijo el prelado al término de una misa, según recoge Merco Press. Rangel explicó que el Viernes Santo se reunió con un “alto capo de la droga” para gestionar la reinstalación de agua y luz en un poblado del municipio de Heliodoro Castillo, en la montaña de Guerrero.
No es la primera vez que Rangel admite haber hablado con líderes del crimen organizado de Guerrero, donde en 2017 tuvieron lugar 2.318 homicidios, la cifra más alta de todo el país. En febrero, tras el asesinato de dos sacerdotes en Guerrero, señaló que hacía dos años había conversado con un grupo para salvar la vida de un sacerdote. “Estoy tratando de que no haya más asesinatos”, dijo en una entrevista a la radio mexicana. Este domingo, el obispo exigió que no se le relacione con el narcotráfico. “Yo me relaciono con ellos y no les pido ni dinero ni una posición política”, explicó. Y añadió: “Yo hablo con unos y con otros, yo solo les pido que no asesinen, que no secuestren, y que traten bien a las gentes”.