Vaticano

Kasper sobre los divorciados: “No todos son adúlteros y pecadores”

  • El cardenal alemán califica de “ridícula” la polémica sobre el capítulo VIII de Amoris laetitia
  • “No es posible hacer una ley general sobre todas estas personas, necesitamos un discernimiento”, asegura





“No es posible hacer una ley general sobre todas estas personas, necesitamos un discernimiento para la situación concreta que tenemos delante y luego toma una decisión diferente”. De esta manera se expresa el cardenal Walter Kasper en relación a los divorciados vueltos a casar, en referencia al capítulo VIII de la exhortación apostólica sobre la familia firmada por el Papa Francisco hace ahora dos años.

Así se ha manifestado el purpurado alemán en una entrevista televisiva con motivo de la publicación en Italia del libro “El mensaje de Amoris Laetitia, una discusión fraterna”. Para el cardenal “la ley y los mandamientos de Dios son válidos para siempre, para todas las situaciones, pero todas las situaciones son diferentes y no puede decirse de todos que viven en adulterio o son pecadores”. Con esta premisa, Kasper defiende que “uno debe conocer la situación y aplicar el mandamiento de Dios a la situación específica: esta es la tradición de la Iglesia”.

El pastor germano defiende esta tesis tomando como punto de partida su propia experiencia vital: “He estado en el ministerio pastoral durante mucho tiempo y he aprendido mucho en el confesionario”.

Poner paz

Sobre el título del libro, Kasper defiende la necesidad de un debate intraeclesial, esa “discursión fraternal” que permite “poner paz esta es mi intención, para poner paz, comenzar al menos la comprensión mutua porque no vale la pena en la Iglesia dividir entre amigos y enemigos. Creo que se puede demostrar que Amoris Laetitia es una gran carta apostólica, muy importante para la felicidad, especialmente para los jóvenes, para comprender cómo encontrar la felicidad en la vida”.

En este sentido, sí lamenta que “la crítica se haya reducido a una nota del documento” calificando la polémica de “ridícula”. “Creo que esta nota que abrió la controversia puede explicarse a la luz de la tradición porque cada uno de nosotros, los sacerdotes, conoce la situación pastoral en la que se encuentra cada persona”, sentencia el cardenal.

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