“Soy un pecador”. Toda una declaración de intenciones. Así se ha presentado el locutor de Las Mañanas de COPE, Carlos Herrera, ante los 700 religiosos que abarrotaban hoy, 5 de abril, el aula Ángel Herrera de la Fundación Pablo VI, en la apertura de la Semana Nacional de Vida Consagrada organizada por el Instituto Teológico de Vida Religiosa.
Pese a sus pecados, el periodista ha admitido sentirse más tranquilo al escuchar al papa Francisco repetir esas mismas palabras. En un tono distendido, Herrera tardó pocos segundos en meterse en el bolsillo a la sala. Y es que, como les ha recordado a los religiosos, “yo quisiera ser en muchas cosas como vosotros, que consagráis la vida a los demás, dais de comer a los necesitados, cuidáis a los enfermos, visitáis a los ancianos y oráis por los demás”.
Porque están “más a las duras que a las maduras”, el locutor estrella de la cadena episcopal ha querido dar las gracias a los consagrados “en nombre de la sociedad”.
No obstante, el tema que ha ocupado la mayor parte de la conversación han sido los jóvenes. Bajo el título ‘Sociedad, jóvenes y medios de comunicación social’, Herrera ha invitado a la Vida Religiosa a “salir a la calle a decirle a los jóvenes que están ahí para darles esperanza, sentido a la vida, para ayudarles a ser lo que quieran ser, incluso agnósticos”. Porque “sé que, al final, Dios no salvará a las personas porque tengan más o menos fe, sino porque sean más o menos buenos”.
Entre chascarrillo y chascarrillo, el presentador no perdió la oportunidad para dar un tirón de orejas a las congregaciones en materia comunicativa. “Sirve más lo que hacemos si lo contamos. Está bien visitar a los enfermos, pero contadlo. Y si no queréis hacerlo vosotros, al menos permitid que lo contemos otros”. Y es que “vuestro objetivo no puede ser otro que conseguir que, como yo, haya mucha gente que lo cuente”.
Acompañado en el escenario por el director de Publicaciones Claretianas, Fernando Prado, y el director del ITVR, Carlos Martínez Oliveras, ambos le preguntaron consejos para comunicar mejor. Él atendió a dos claves: “seguridad en la expresión” y “cierto conocimiento técnico de cómo colocar el mensaje”.
Y en este punto se detuvo en las homilías de los domingos, que hoy compiten con la discoteca de los sábados. “Voy con mi madre, de 88 años, cada domingo a misa. Hay días que durante la homilía me pongo a pensar en lo que tengo que comprar, porque, a veces, los discursos no están trabajados, y tenemos la obligación de trabajar los discursos”. En este sentido, aludió a su propia experiencia: “Cada mañana, en el control de la emisora, mi ‘Pepito Grillo’ me dice: ‘¡Espabila!’. Porque a veces ponemos el automático y eso lo percibe quien nos escucha”.
Siguiendo con otra anécdota, Herrera ha relatado su vivencia de la Primera Comunión de su hija, en la que el sacerdote hizo que le dieran ganas de aplaudirle. “Hay que hacer esfuerzos por conseguir algo parecido”, ha aseverado.
Tampoco ha pasado de largo su Pasión. Aprovechando el fin de la Semana Santa, Herrera, cofrade de la Hermandad de La Candelaria, ha mantenido que esta fiesta es “una suerte de estampida civil de la fe”. Porque “las hermandades son formas de organizar los barrios y orquestar actividades comunes. Las cofradías son una barra transversal que cruza los barrios, las parroquias y consigue adhesiones espirituales importantes”. Y eso es todo “gracias a la religiosidad popular”.
Consciente de la realidad social española, una sociedad que se va secularizando a pasos agigantados, Herrera ha comentado que “obviamente, la gente está más cómoda tomándose una cerveza en un bar que en misa. Es por eso que el sacerdote debe hacer un esfuerzo por aportar un discurso atractivo”. “No se trata de un discurso para atraer al público -ha continuado-, sino de ser imaginativo para enganchar a la gente que vive hoy, y que quiere oír palabras diferentes a las que oía yo cuando tenía su edad, porque cada tiempo tiene su discurso”.
Sobre Francisco y su relación con los jóvenes, el conductor de Las Mañanas de COPE no ha dudado en calificar al Pontífice como “un mago de la comunicación”: “tiene una capacidad animal para conectar con la gente, sabe lo que tú necesitas y sabe decírtelo”.
En relación a su visión sobre el Papa argentino, Herrera ha mantenido que “nadie puede negar su cercanía”, pero “hay que buscar más en él. Francisco es un hombre a explorar y estoy descubriéndolo cada día más”. Asimismo, sobre su elección ha destacado que “el Espíritu Santo es travieso en los cónclaves y sabe lo que necesitamos en cada momento, y ahora era Francisco”.
Herrera también ha aprovechado para relatar su relación con el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Ricardo Blázquez. “Cuando fui a verlo a Valladolid al fichar por COPE, le dije dos cosas: la primera es que tenía la suerte de tener al primer conductor de las mañanas católico practicante, y la segunda, que me tenía que permitir alguna picardía”. “Siempre que le veo le pregunto cómo va el depósito de picardías -ha dicho entre risas- y él me contesta: ‘Cabe alguna más, pero no muchas”.