Entrevistas

Mercedes D’Alessandro: “El trabajo doméstico es el socio oculto del capitalismo”





Argentina, licenciada en economía, profesora en varias universidades y divulgadora económica, Mercedes D’Alessandro es una de las economistas feministas que han suscitado mayor interés en los últimos años. En 2015 lanzó la web ‘Economía Feminista’. La página web, que hace uso del trabajo no solo de un grupo de economistas, sino también de expertas de otras disciplinas, ha conseguido introducir la economía con una perspectiva de género en la agenda pública latinoamericana y conquistar las redes sociales.

PREGUNTA.- El feminismo no es algo nuevo, siempre ha existido, la idea de que una mujer debe tener los mismos derechos que un hombre es un dato cultural que no se discute. Entonces, ¿qué tiene de particular ser feminista en el momento histórico que vivimos?

RESPUESTA.- Una gran diferencia en la actualidad es el rol que ocupamos las mujeres en el sistema económico. En los años 60 solo 2 de cada 10 mujeres trabajaba fuera del hogar, hoy son 7 de cada 10 las que lo hacen. Esto transformó por completo las relaciones económicas y sociales. En principio, las mujeres tienen mayor autonomía a través de la posibilidad de generar ingresos propios, tener una carrera.

En los Estados Unidos las mujeres son el 50% de la fuerza laboral, en Argentina más del 40%. Pero todo esto se hizo y se hace a costa de una doble jornada laboral: las mujeres siguen ocupándose mayoritariamente de las tareas del hogar y de los cuidados. Estas tareas llevan muchas horas (en promedio 6 diarias) y para quienes no pueden contratar una empleada doméstica o disponer de una guardería para los niños, se convierten en una traba.

P.- En los años 70 (como resultado de las luchas sociales del 68) el feminismo radical argumentó que lo personal es político y que las relaciones entre hombres y mujeres son relaciones de poder. ¿Cree que la situación sigue siendo la misma?

R.- Cuando hablamos del trabajo doméstico no remunerado como un problema social, es justamente en este sentido. Porque una podría decir que las mujeres eligen quedarse en la casa a criar los hijos antes que tener una carrera. Pero todas estas elecciones se dan en el marco de una sociedad en que, por ejemplo, una madre tiene 3 meses de permiso de maternidad y el padre del niño 2 días (caso Argentina).

El papá puede tener todas las ganas de compartir los cuidados, pero no la posibilidad. Además, se cuestiona a una madre que deja su lugar en el hogar para trabajar mientras se felicita al padre que se “sacrifica” por su familia y no está en todo el día. Entonces, ¿hasta qué punto las decisiones personales son privadas? “Lo personal es político” es un lema vigente y que también refiere a la violencia machista y a formas de enfrentar los problemas para buscar soluciones globales.

P.- Desde el punto de vista de la ciencia económica, ¿Cuál es la explicación, desde su profesión, del motivo por el cual el mercado pone a la mujer en un segundo plano dentro el sistema laboral?

R.- No sé si el mercado, como ente abstracto, apuesta por algo. Lo que sí sucede es que –como dice Heather Bushey– el capitalismo tiene un socio oculto: la mujer que realiza los trabajos domésticos no remunerados. Son millones de horas de trabajos no pagados que se hacen en silencio y son vitales para sostener todos los demás trabajos. Sin esa mujer que lava, plancha, ordena, hace las compras, controla las tareas con los chicos, los lleva a la escuela y al club, friega el suelo y hace la comida, difícilmente se podrían llevar adelante todas las otras actividades.

Esta idea quedó pegada a la mujer, como si fuera algo de su naturaleza, es su responsabilidad. Y la verdad, en un mundo en el que ellas trabajan 8 horas por día, no solo es injusto, sino que las perjudica. Lo que quiero decir es que al mercado le sirve tener trabajadoras ‘multitasking’ y gratuitas en los hogares.

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