Vaticano

‘Gaudete et exsultate’: el Papa propone buscar la santidad “obsesionándose” con las obras de misericordia





El papa Francisco quiere cristianos que busquen la santidad de forma activa, cada uno en su ámbito y en comunidad, sin miedo por conseguir un objetivo que puede parecer inalcanzable y “obsesionados” por vivir las obras de misericordia. Lo explica en su nueva exhortación apostólica, ‘Gaudete et exsultate’, publicada hoy, 9 de abril, y que lleva como subtítulo ‘Sobre la llamada a la santidad en el mundo actual’.

“Dios nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada”, escribe el Pontífice al principio del texto magisterial, que no pretende ser “un tratado sobre la santidad”. El “humilde objetivo” de sus 5 capítulos y 42 páginas en su versión en español es “hacer resonar una vez más el llamado a la santidad” modulando este mensaje a la situación contemporánea, “con sus riesgos, desafíos y oportunidades”.

En ‘Gaudete et exsultate’, el Papa presenta el llamado a la santidad de todos los bautizados y plantea los “enemigos” que hay que vencer para alcanzar este objetivo, hablando abiertamente del diablo, que no es “un mito, una representación, un símbolo, una figura o una idea”. También ofrece unas cuantas claves para ser “un buen cristiano” en el mundo actual y, finalmente, intenta que todos los fieles hagan suyo un concepto tan ‘ignaciano’ e importante para Francisco como es el discernimiento.

Errores que “mutilan el corazón del Evangelio”

Jorge Mario Bergoglio denuncia en la exhortación apostólica las ideologías que “mutilan el corazón del Evangelio” al llevar a cometer a los fieles dos “nocivos” errores. Primero habla de los cristianos que “separan estas exigencias del Evangelio de su relación personal con el Señor, de la unión interior con Él, de la gracia”. Se vuelcan sólo en lo social y acaban convirtiendo a la Iglesia “en una especie de ONG, quitándole esa mística luminosa que tan bien vivieron y manifestaron san Francisco de Asís, san Vicente de Paúl, santa Teresa de Calcuta y otros muchos”.

Luego están quienes “sospechan” del compromiso social al considerarlo algo “superficial, mundano, secularista, inmanentista, comunista, populista”. Deja Francisco bien claro en ‘Gaudete et exsultate’ que tan importante resulta la lucha contra el aborto, que debe ser “clara, firme y apasionada”, como la defensa de la vida de los que ya han nacido y “se debaten en la miseria”. Responde así de manera directa a quienes consideran que la preocupación por los migrantes supone un “tema secundario” frente a las cuestiones “serias de la bioética”. “No se trata de un invento de un Papa o de un delirio pasajero”, escribe Bergoglio. “Quien de verdad quiera dar gloria a Dios con su vida, quien realmente anhele santificarse para que su existencia glorifique al Santo, está llamado a obsesionarse, desgastarse y cansarse intentando vivir las obras de misericordia”.

El Pontífice propone encontrar la santidad en medio de una “Iglesia militante”, formando parte de lo que él llama la “clase media” de la santidad. Y hacerlo cada uno en su contexto y con humildad, pues “Dios te invita a hacer lo que puedas y a pedir lo que no puedas”. Los consagrados, “viviendo con alegría tu entrega”. Los casados, “ocupándote de tu marido o de tu esposa”. Los trabajadores, “cumpliendo con honradez y competencia” en tu empleo. Los padres y las madres, “enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús”. Y los poderosos, “luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales”.

Discernimiento contra el “zapping constante” de la modernidad

Para responder a la pregunta ‘¿cómo se hace para llegar a ser un buen cristiano?’, Francisco invita a aplicar lo que dice Jesús en las Bienaventuranzas. Alternando sus propuestas con las enseñanzas de célebres santos, detalla lo que es la santidad: “Ser pobre en el corazón, reaccionar con humilde mansedumbre, saber llorar con los demás, buscar la justicia con hambre y sed, mirar y actuar con misericordia, mantener el corazón limpio de todo lo que mancha el amor, y sembrar paz a nuestro alrededor”.

En la parte final de ‘Gaudete et exsultate’, Bergoglio propone el discernimiento como antídoto frente al “zapping constante” al que todos estamos expuestos, pero de un modo particular los más jóvenes. “Sin la sabiduría del discernimiento podemos convertirnos fácilmente en marionetas a merced de las tendencias del momento”, dice el Pontífice, describiendo lo que significa. “No es un autoanálisis ensimismado, una introspección egoísta, sino una verdadera salida de nosotros mismos hacia el misterio de Dios, que nos ayuda a vivir la misión a la cual nos ha llamado para el bien de los hermanos”.

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