La 105 Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) inició este lunes con un mensaje inaugural pronunciado por el presidente del organismo, el cardenal Francisco Robles Ortega, quien se refirió básicamente a tres temas: las próximas elecciones del 1 de julio, el Proyecto Global Pastoral de la CEM 2031–2033 y el desafío que enfrenta el país en materia migratoria.
Sobre el proceso electoral –en el que se disputarán tres mil 416 cargos a nivel nacional, entre ellos el de Presidente de la República–, la CEM llamó a difundir con mayor fuerza el documento “Participar para transformar. Mensaje de los obispos mexicanos con motivo del proceso electoral 2018”, publicado el 19 de marzo pasado, toda vez que –dijo– hay perplejidad entre los fieles respecto de qué hacer frente a la boleta electoral.
Reconoció que el número de “indecisos” aún es considerable, “y muy posiblemente una porción importante de ellos está integrada por fieles católicos que al no encontrar una propuesta totalmente satisfactoria a la conciencia cristiana, piensan cosas como: ‘no hay que votar debido a que no hay un candidato o un partido que afirme sin titubeos los valores innegociables del cristiano’; ‘no hay que participar en las elecciones debido a que todos los políticos son corruptos’ o ‘hay que votar por el mal menor’”.
Tras señalar que si bien estos argumentos similares hablan de una profunda insatisfacción ciudadana y de un desencanto ante quienes gobiernan el país, el cardenal Francisco Robles Ortega recordó que en el territorio de la política nunca hay soluciones perfectas y promesas aseguradas.
Por ello –apuntó– es muy importante que en este contexto la Iglesia contribuya a que los católicos asuman su protagonismo como ciudadanos responsables, y cuando sea el caso, como cristianos verdaderamente comprometidos, y destacó el anhelo y la esperanza de los ‘millennials’ de participar en el próximo proceso. “Ellos sí que desean movilizarse y luchar por un cambio positivo”.
El reto migratorio
Por otro lado, los obispos mexicanos dejaron en claro que la conciencia cristiana no puede ser indiferente a las medidas que el gobierno de los Estados Unidos toma respecto de los migrantes, y aseguró que la presencia de fuerzas militares apoyando a las autoridades migratorias de ese país ya son parte de un muro, “un muro político y militar, un muro indigno”.
Ante esta situación, llamaron a las Iglesias particulares de la Unión Americana y de México a encontrar estrategias múltiples para la construcción de puentes, pues es altamente riesgoso tener una frontera semi-militarizada. “Jesucristo, migrante, puede volver a ser ejecutado al intentar cruzar por la frontera”, señaló.
Los primeros en la Iglesia
En torno al Proyecto Global Pastoral de la CEM 2031–2033, y tras recordar que éste surgió de la petición que hizo el Papa Francisco a la Iglesia mexicana de contar con “un serio y cualificado proyecto” que le permita afrontar retos nuevos y complejos, la CEM aseguró que ya se cuenta con un texto que ofrece una perspectiva que trasciende la coyuntura sin negarla.
Destacó que el nuevo Proyecto Global Pastoral permitirá “tomar en nuestras manos el mandato de la Morenita del Tepeyac de construir esa ‘casita’, donde sean los pobres y humildes los primeros en la Iglesia, y que sean ellos los que orienten el horizonte de nuestra conversión y fecunden el sentido de nuestra vida, así como aportar de manera humilde, respetuosa, dialogante e incluyente, pero valiente y proféticamente, lo que a la Iglesia católica es propio desde su fe a la construcción la sociedad; “nos sentimos llamados también a reconstruir este santuario sagrado que es nuestra Iglesia, como el Pueblo de Dios que desea, en comunión y fraternidad cristiana, anunciar y dar testimonio de la alegría del Evangelio”.