Parece inminente que conozcamos una resolución sobre el cardenal indio George Alencherry, arzobispo de la Archidiócesis de Ernakulam-Angamaly, juzgado por las acusaciones de malversación de fondos que pesan sobre él y otros dos sacerdotes de su confianza.
Las mismas fueron elevadas a la Justicia local y a la Santa Sede (a la que se remitió un amplio dossier) por un equipo de presbíteros y laicos de la propia diócesis que denuncian que el purpurado causó en 2015 considerables “pérdidas” (se habla de hasta 13 millones de dólares) a sus arcas diocesanas tras una serie de transacciones inmobiliarias y de tierras que se llevaron a cabo “en violación de todas las normas”, sin recibir el monto total de la venta y sin declarar los preceptivos impuestos.
Tras meses de silencio, Alencherry no esquivó la cuestión esta pasada Semana Santa. En la misa del Domingo de Ramos, ante los fieles que abarrotaban en Kochi la basílica de Santa María, aseguró en su homilía: “Todos somos pecadores. Tú y yo también estamos entre aquellos que son impuros. La impureza ocurre por el poder y el dinero. Los individuos, las familias y la Iglesia necesitan ser purificados”. Así, recordando el pasaje en el que Jesús expulsa a los mercaderes del Templo, llamó a una “profunda” purificación en la Iglesia.
A continuación, aseguró que, junto a sus obispos auxiliares, está colaborando con la Justicia y que la declaración que ha realizado sobre su gestión económica evidencia que esta ha sido “correcta”, por lo que pide no hacer caso de las “noticias falsas e infundadas” que circulan sobre la cuestión.
El cardenal, que además es el principal representante de la Iglesia siro-malabar en el país, concluyó indicando que habrá “una pronta resolución” para el caso y que está convencido de que esta mostrará su inocencia. No obstante, los indicios no parecen ser alentadores para él, pues, dos semanas antes, el Alto Tribunal de Kerala vio indicios de un posible delito y pidió a la policía que lo imputase.
El último episodio en la crisis se dio este miércoles 4 de abril, cuando se produjo la última comparecencia ante el Alto Tribunal de Kerala de los dos sacerdotes implicados, un empresario con el que habrían llegado al acuerdo económico en 2015 y el propio Alencherry.
Mientras no haya una resolución, parece que el clero local no confía en la presunción de inocencia de su pastor. Así, hasta 448 curas de la Archidiócesis de Ernakulam han firmado un manifiesto exigiendo que Alencherry se retire temporalmente hasta que haya una sentencia judicial.
Con todo, un aspecto que puede ser determinante a la hora de reflejar la visión del cardenal y su disposición a la hora de aceptar responsabilidades se dio cuando, en los oficios de Viernes Santo, defendió en su homilía que el sistema legal del país “no debería interferir” en las leyes canónicas, que están por encima de la Justicia civil.
Pese a que existe el “deber de los ciudadanos de obedecer el Estado de Derecho existente en el país”, a su juicio, “se debe dar mayor importancia a la ley divina”.