Cuando Antonio Spadaro analiza el pontificado del papa Francisco merece ser escuchado. Este jesuita italiano es uno de los hombres de confianza de Jorge Mario Bergoglio y dirige ‘La Civilità Cattolica’, una centenaria y prestigiosa revista de la Compañía de Jesús cuyos textos cuentan con el visto bueno de la Secretaría de Estado de la Santa Sede.
Con motivo de la publicación ayer de ‘Gaudete et exsultate’, la tercera exhortación apostólica del Pontífice, Spadaro ha escrito un largo análisis del texto magisterial en el que profundiza en sus fuentes y ofrece una suerte de guía de lectura. “La exhortación es el fruto maduro de una reflexión que el Papa viene realizando desde hace mucho tiempo y que expresa de manera orgánica su visión de la santidad, entrelazada con la de la misión de la Iglesia en el mundo actual”, asegura el director de La Civilità Cattolica.
A su juicio, resulta significativo que Francisco haga un llamamiento a la santidad relacionándola con la “alegría sencilla del Evangelio”, como se ve en el propio título del documento pontificio: “Alegraos y regocijaos”, una cita del Evangelio de san Mateo. Spadaro recuerda que la investigación a la alegría evangélica ya resonó en la primera exhortación apostólica de Francisco (‘Evangelii gaudium’), mientras que otros dos documentos magisteriales (‘Laudato sí’ y ‘Amoris laetitia’) también animaban a la alabanza y a la alegría.
“¿De qué alegría está hablando aquí el papa Francisco?”, se pregunta el periodista y sacerdote jesuita. “Para Bergoglio, la alegría es la ‘consolación espiritual’ de la que habla san Ignacio. El cristiano no puede tener ‘cara de funeral’. Los términos alegría y gozo, son, en general, de los más recurrentes del vocabulario bergogliano”.
El autor destaca que el nuevo texto magisterial recuerda ya con su título a ‘Gaudete in domino’, la exhortación apostólica del beato Pablo VI publicada en mayo de 1975, así como al discurso de san Juan XXIII en la apertura del Concilio Vaticano II, titulado ‘Gaudet mater ecclesia’. También subraya Spadaro que el llamamiento a la alegría está presente 60 veces en el Documento de Aparecida de 2007, en cuya redacción tuvo un gran peso el entonces cardenal Bergoglio.
En su análisis de ‘Gaudete et exsultate’, un texto de “fácil lectura” y que no precisa de “complejas explicaciones”, Spadaro destaca que la santidad está “en el corazón del pontificado de Francisco” desde sus comienzos. Busca además el origen de una atractiva imagen utilizada en la exhortación apostólica: la ‘clase media’ de la santidad. Esta fue acuñada por el novelista católica francés Joseph Malègue (1876-1940), muy apreciado por Bergoglio. “Este escritor es citado también en ‘Gaudete et exsultate’ a propósito de la santidad ‘de la puerta de al lado’ de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios”.
Otra de las fuentes de las que bebe el Papa en su nuevo documento y que Spadaro recupera es el filósofo y jesuita Ismael Quiles (1906-1993), nacido en España pero enviado a Argentina, donde fue profesor del joven Bergoglio, quien más tarde presentó uno de sus libros. En ese volumen, titulado ‘Mi ideal de santidad’, Quiles habla de la santificación “que Dios quiere de cada uno de manera diferente. Se trata, pues, de discernir el propio sendero, el propio camino de santidad, aquel que le permite a cada uno dar lo mejor de sí mismo, como escribe Francisco recordando implícitamente la lección de su hermano en religión”. Esa gradualidad de la que habla Quiles será luego retomada por Francisco en ‘Gaudete et exsultate’.