“Quiero compartir con ustedes la convicción de que las dificultades presentes son también una ocasión para restablecer la confianza en la Iglesia, confianza rota por nuestros errores y pecados y para sanar unas heridas que no dejan de sangrar en el conjunto de la sociedad chilena”, expresa Francisco al inicio de su carta de 6 páginas, fechada el domingo 8 de abril, que dirige a todos los obispos chilenos reunidos en asamblea plenaria durante esta semana.
Por expresa indicación del Papa, la carta fue hecha pública hoy ante los medios de comunicación por el obispo castrense y presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Santiago Silva, y el secretario general, Fernando Ramos.
En la carta, el Papa agradece la gestión de sus enviados especiales quienes “reconocieron ante mi haberse sentido abrumados por el dolor de tantas víctimas de graves abusos de conciencia y de poder y, en particular, de los abusos sexuales cometidos por diversos consagrados de vuestro país contra menores de edad, aquellos a los que se les negó a destiempo e incluso les robaron la inocencia”, confiesa el Papa.
También agradece a las víctimas y a todos quienes concurrieron a dar los 64 testimonios recibidos por el arzobispo Charles Scicluna y su asistente Jordi Bertomeu.
Dolor y vergüenza
El Papa destaca “el clima de confidencialidad alcanzado durante la visita”, evitando caer en un “circo mediático”. “Quiero agradecer a las diferentes organizaciones y medios de comunicación su profesionalidad al tratar este caso tan delicado, respetando el derecho de los ciudadanos a la información y la buena fama de los declarantes”, destaca Francisco en su reconocimiento.
Confiesa el Papa que tras la lectura del informe “creo poder afirmar que todos los testimonios recogidos hablan en modo descarnado, sin aditivos ni edulcorantes, de muchas vidas crucificadas y les confieso que ello me causa dolor y vergüenza”.
Para discernir las medidas que deberán ser adoptadas “para restablecer la comunión eclesial en Chile, con el objetivo de reparar en lo posible el escándalo y restablecer la justicia”, pide la ayuda de los obispos chilenos y les convoca a Roma para dialogar sobre este tema. Para ello, pide al obispo secretario general le indique la posibilidad de fecha.
Una íntima y profunda confesión expresa Francisco hacia el final de su carta al reconocer haber incurrido “en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada”. Al hacer este reconocimiento pide a los obispos que lo transmitan fielmente. Agrega: “pido perdón a todos aquellos a los que ofendí y espero poder hacerlo también personalmente en las próximas semanas, en las reuniones que tendré con representantes de las personas entrevistadas”.
Todos los obispos irán a Roma
Luego de dar a conocer esta carta a periodistas, el obispo presidente, Santiago Silva, informó que el Episcopado comparte el dolor del Papa Francisco: “No hemos hecho todo lo suficiente”, afirmó. “Nuestro compromiso es que esto no se vuelva a repetir”, agregó.
En relación a la alusión hecha por el Santo Padre a la “falta de información veraz y equilibrada”, Mons. Silva señaló su certeza de que las autoridades de la Conferencia Episcopal pusieron a disposición del Papa la información que disponían en su momento. Informó, además, que en respuesta a la convocación del Papa, todos los obispos asistirán al encuentro convocado por él, en Roma, la tercera semana de mayo.
Conocida esta carta del papa, el movimiento de laicos y laicas de Osorno emitió una declaración en la que agradecen la misión del arzobispo Scicluna y su asistente y “aprecian el cambio de mirada que el Papa está mostrando en su misiva. Valoramos su petición de perdón y la aceptamos. Confiamos que ese arrepentimiento se expresará en acciones concretas”, expresan. Más adelante agregan: “valoramos su voluntad de restablecer confianzas. Esa es precisamente la tarea que nos debe convocar a todos los creyentes en Chile” para lo cual piden “medidas idóneas y suficientes que se hagan cargo efectivamente del problema”.
Un párrafo especial lo dedican al Nuncio Apostólico en Chile, Ivo Scapolo: “desde 2015 venimos denunciando la labor de desinformación que el Nuncio Apostólico, varios obispos y no pocos laicos cercanos a ellos, han realizado de manera sistemática”, indican. Y agregan que “el Papa también tiene que responder por qué las opiniones de ellos fueron tan gravitantes reconociendo que, al mismo tiempo, otros obispos, sacerdotes, laicos y amigos de él le entregaron información verídica que él decidió desechar”.
La declaración de la Comunidad de laicos y laicas de Osorno reconoce como un avance significativo la ampliación del tema, desde sólo el abuso sexual, hacia el abuso de poder y la manipulación de conciencia.
Concluyen con un llamado a todo el laicado “a iniciar un camino de diálogo en esta crisis y a quienes tienen miedo a superarlo. Como laicos y laicas de Osorno, seguiremos trabajando por el Reino de Dios en el sentir con la Iglesia siguiendo la enseñanza del maestro en humanidad, Jesucristo resucitado”.