Autoridades civiles, militares y eclesiásticas de Chile y Argentina y el Presidente Sebastián Piñera, participaron en el Te Deum de acción de gracias, presidido por el cardenal Ricardo Ezzati, por los doscientos años de la Batalla de Maipú, que marcó la independencia de Chile, actividad que se desarrolló este 5 de abril en el Templo Votivo de Maipú.
Entre los presentes, además, estuvieron el Jefe de Gabinete de Ministros de Argentina, Marcos Peña; el Nuncio Apostólico en Chile, monseñor Ivo Scapolo; embajadores de Argentina y España; ministros de gobierno de Chile y Argentina; parlamentarios; el Obispo Castrense de Argentina, monseñor Santiago Olivera; el Obispo Castrense de Chile, monseñor Santiago Silva; el obispo de San Felipe, monseñor Cristián Contreras Molina; obispos auxiliares; delegaciones de las Fuerzas Armadas y de Orden, de colegios y de organizaciones sociales de Maipú; la alcaldesa, Cathy Barriga, y pastores evangélicos.
La homilía del Arzobispo de Santiago reseñó los hitos de la lucha por la independencia y luego el cardenal Ezzati afirmó: “Los cristianos no celebramos batallas y guerras, que siempre fueron y son una terrible realidad de dolor y de muerte: conmemoramos el nacimiento de una nueva era de la vida nacional, fruto también de la colaboración y la solidaridad de países hermanos que, una vez más, dos siglos después, nos sigue hablando del noble ideal de integración, de colaboración y de la fecundad, camino que nos conduce hacia la Patria Grande”.
El cardenal se refirió también a los momentos difíciles y derrotas en los afanes independentistas, pero que después “renació la esperanza y la confianza de los hijos, que volvieron a mirar el rostro de la Virgen del Carmen”. Y así surgió el solemne voto: “En el mismo sitio donde se dé la batalla y se obtenga una victoria, se levantará un Santuario de la Virgen del Carmen, Patrona y Generala de los Ejércitos de Chile. Y los cimientos serán colocados por los mismos magistrados que formulan este voto y, en el mismo lugar de su misericordia, será el de su gloria”.
Más adelante, el pastor planteó esta pregunta: “¿Por qué la promesa no fue levantar un monumento de piedra, o una estela conmemorativa, o una estatua de bronce a los vencedores, o una llama eterna a los caídos, sino un Templo, un Santuario, dedicado a Nuestra Señora del Carmen?”. Una pauta para comprender este gesto, indicó, la dio el Papa Francisco en Chile, cuando expresó que este santuario es un “hogar para ustedes queridos jóvenes, donde la Virgen del Carmen los espera y los recibe con el corazón abierto. Y así como acompañó el nacimiento de esta Nación y acompañó a tantos chilenos a lo largo de estos doscientos años, quiere seguir acompañando los sueños que Dios pone en vuestro corazón: sueños de libertad, sueños de alegría, sueños de un futuro mejor”.
Finalmente, el Arzobispo de Santiago imploró a la Virgen del Carmen que “nos acompañe y eduque a madurar nuestra libertad con sentido y renovamos el propósito de ser, desde la fe en Jesucristo, Padres y Madres de nuestra Patria, en este momento y en su futuro”.
Después de la Oración de los Fieles se cantó el solemne Te Deum, tras lo cual el Presidente Piñera y el Jefe de Gabinete de Ministros de Argentina depositaron sendas ofrendas florales ante la imagen de la Virgen del Carmen, en gratitud y homenaje por quienes dieron la vida por conquistar la independencia de Chile.
Terminado el oficio religioso, se desarrolló un acto cívico-militar en la explanada del Santuario Nacional, oportunidad en que intervino el Presidente de la República, quien, a partir de una reseña de la gesta de la independencia, proyectó su esperanza y compromiso por un futuro para Chile como país desarrollado y sin pobreza. Posteriormente se desarrolló un desfile militar, con representaciones de Chile y Argentina, precedido por un esquinazo de los clubes de Huaso Gil Letelier y de Maipú.
Fuente: Comunicaciones Santiago