“El próximo 22 de abril, a las cinco de la tarde en la Basílica de Santa María del Mar, se iniciará una nueva etapa en la Archidiócesis de Barcelona”. Así se inicia la carta pastoral de este domingo 15 del cardenal de Barcelona, Juan José Omella, donde anuncia la presentación en ese acto de un nuevo plan pastoral.
Bautizado como ‘Orientaciones y propuestas para una conversión pastoral en la Archidiócesis de Barcelona’, se trata de un documento que, como ilustra el arzobispo, “se ha preparado con la colaboración de muchas personas, fruto de la reunión que celebramos en la Basílica de Santa María del Mar cuando se clausuraba el Año de la Misericordia”. Ese, recalca Omella, “fue el punto de partida del camino que nos ha llevado hasta aquí”.
Y es que si, “durante unos meses hemos reflexionado, hemos rezado y hemos dialogado para saber qué dice el Espíritu a la Iglesia de Barcelona”, hoy, a partir de las “numerosas aportaciones recibidas”, buscan encarnar “unas ideas fundamentales con propuestas pastorales prioritarias que deben orientar y promover la acción de la Iglesia en la Archidiócesis de Barcelona en los próximos años”.
Huir de los personalismos
El prelado barcelonés aclara que “no estamos ante un plan pastoral estándar. Más que una lista de acciones concretas, este nuevo documento quiere ser una hoja de ruta que nos ayude a hacer un camino de conversión pastoral, que nos prepare interiormente y comunitariamente a dar el paso de una Iglesia de mantenimiento a una Iglesia en salida”. “Ahora bien –enfatiza–, cuando hablamos de salir, no nos referimos únicamente a dar testimonio fuera del templo de la parroquia, sino que hacemos una invitación a salir de nosotros mismos, de nuestros egoísmos y personalismos”.
“El nuevo plan pastoral –reitera Omella– es un sendero que nos conduce a recuperar la alegría profunda de que es portadora la fe cristiana y, particularmente, la alegría que resulta de vivir y anunciar el Evangelio”. Una conversión que “pasa necesariamente por el encuentro personal y comunitario con Jesucristo” y un encuentro “que permita nuestra transformación evangelizadora y misionera”.
Y es que, si el gran objetivo “es recuperar la alegría de cumplir la misión que nos ha confiado Jesucristo”, el cardenal de Barcelona invita a su grey “a vivir con pasión y entusiasmo el actual cambio de época en una sociedad más diversa y compleja”. “En el fondo –concluye Omella–, se nos pide ser santos para responder a los retos de esta nueva realidad. Es decir, se nos pide vivir unidos a Jesucristo dejándonos guiar, como Él, por el Espíritu Santo”.