Durante esta semana se realizó en Catamarca el Primer Encuentro de Sacerdotes del NOA, que reunió a 200 obispos y presbíteros de la región, en consonancia con el Año Diocesano de la Piedad Popular que vive dicha diócesis, dentro del trienio de preparación para el Jubileo por los 400 años del hallazgo de la Virgen del Valle, a celebrarse en 2020.
En un clima fraterno y de mucha alegría por el reencuentro entre hermanos sacerdotes provenientes de las vecinas jurisdicciones eclesiásticas, comenzó el Primer Encuentro de Sacerdotes del NOA, motivados por el lema “Madurando la fe de nuestros padres”.
Las postales más sobresalientes tuvieron que ver con una peregrinación con las imágenes de los Santos Patronos de cada una de las iglesias particulares del Noroeste Argentino, los himnos a la Virgen, la visita la Ermita de Valle Viejo, un breve acto en el que se leyó una reseña histórica de la ceremonia de la Coronación Pontificia de la Imagen cuatro veces centenaria de la Virgen del Valle, en el cual el obispo diocesano, Luis Urbanc, bendijo la Corona ubicada en el paseo público.
En las jornadas de reflexión se resaltó la temática de la piedad popular, conjuntamente con la espiritualidad sacerdotal.
Mons. Vicente Bokalic, Obispo de Santiago del Estero.
“Es el primer encuentro de sacerdotes en la región y vengo de Santiago del Estero con un grupo de sacerdotes. Fue muy bien acogido por el presbiterio, sabemos que hay un buen grupo de sacerdotes participando. Está la necesidad de que los sacerdotes se encuentren y con nosotros como obispos acompañando. El encuentro en sí mismo ya es positivo. En un mundo en el que estamos muchas veces aislados y metidos cada uno en su propia obra, en su propia parroquia, en su propio proyecto, a veces perdemos la dimensión de lo diocesano o de lo regional. El encuentro sacerdotal en el camino de la formación permanente que se insiste siempre, es un espacio de encuentro, de oración, de compartir alegrías y tristezas en la vida sacerdotal, y que nos hacen muchísimo bien. Y es grande el esfuerzo que han hecho los sacerdotes para venir. Ojalá que podamos repetir esta experiencia, porque los sacerdotes pueden confraternizar y se reencuentran los que han compartido tiempo de formación”.
“El punto de reflexión que es la piedad popular, es un tesoro que tenemos y que a nosotros como sacerdotes nos enriquece. Nosotros también nacimos de experiencias de piedad popular, en nuestras familias, desde nuestras comunidades originarias. Poder mirar esto como pastores nos hace muchísimo bien. Nos da fuerza para renovar nuestra consagración”.
“Como obispos estamos para acompañar a nuestros sacerdotes. Son nuestros primeros colaboradores, que merecen nuestra atención, nuestra preocupación, nuestros desvelos. Sabemos de alegrías y de quebrantos en la vida sacerdotal. Queremos acompañarlos, este es un momento privilegiado, tenemos que estar al lado. Al acompañarlos a ellos nos dan fuerza para seguir trabajando”.
Pbro. Aldo Oña, Diócesis de Jujuy, Parroquia de Nuestra Señora del Rosario, Departamento de Tilcara.
“Vivo este encuentro con la expectativa de seguir aprendiendo y abriendo la mente a lo que vivimos en la región, una región rica en expresión, en formas de vivir la fe. También con esta cercanía al pueblo que tiene tanto para dar y para dejarnos”.
“Estoy muy contento de compartir las fiestas porque la Virgen, la Madre, es la que congrega en todos los pueblos. La Virgen del Valle tiene una raíz muy profunda también en nuestro pueblo de Jujuy, no sólo en las grandes comunidades, sino en las pequeñas, donde llegó esta Imagen para quedarse y fortalecer a los hermanos”.
Pbro. Gerardo Dieguez, Arquidiócesis de Tucumán
“Este encuentro nos da la posibilidad de poder compartir con mucha alegría. A veces en la tarea pastoral, sacerdotal, ministerial, cada sacerdote ejerce su ministerio en su parroquia, en sus grupos, con todo lo lindo que eso tiene, pero hay pocas ocasiones para compartir entre nosotros, nuestras alegrías, nuestras luchas, nuestras tristezas. También es necesario compartirlas entre nosotros. Entonces, que se genere un espacio es algo saludable para todos nosotros, nos hace bien y es sanador también”.
“Al Santuario venimos siempre, para llegar a los pies y mirar el rostro de la Madre del Valle. Allá, en Tucumán, también hay una devoción muy grande por la Virgen del Valle. Siempre nos hace bien y nos devuelve esa alegría y esa paz”.
Pbro. José Casimiro, Prelatura de Cafayate, Parroquia de Colalao del Valle, Provincia de Tucumán.
“Estoy acá participando de este primer encuentro de sacerdotes, muy lindo y edificante. Sobre todo estamos vivenciando la piedad popular, que dice la Iglesia es el rico tesoro de nuestros pueblos. Fuimos conociendo los distintos santuarios, y los santos de devoción”.
“Me parece algo muy edificante para nuestra espiritualidad compartir con las distintas diócesis. Nos vamos enriqueciendo de la piedad popular, para poder a su vez potenciarla, en algunos casos purificarla y hasta clarificarla, para que los pueblos se enriquezcan también”.
Pbro. Marcos Tuco, Diócesis de Jujuy.
“Este encuentro es una linda experiencia, ya lo hemos vivido en Cura Brochero, y que se repita acá, en nuestra región, es maravilloso. Es un reencuentro con muchos curas jóvenes que nos hemos encontrado en varios encuentros. El tema de la piedad popular es muy importante y resulta constructivo lo que cada uno va exponiendo”.
“Como en varias veces nos han dicho nuestros Obispos, el NOA todavía es un reservorio de la fe en nuestro país. Es lindo que nosotros como curas podamos reflexionar y poder mirar y tener esa misma fe que tiene el pueblo, poder creer como ellos y acompañarlos”.
“Me acuerdo cuando mi madre me traía a la fiesta de la Virgen cuando era pequeño, y cómo esperaba poder llegar hasta la Virgen. Y ayer disfruté en las visitas a la parroquia de San Isidro, en la Ermita, y después caminar hasta el Santuario. Vengo con la mochila como peregrino trayendo a mis comunidades, familia, amigos. Estuve ansioso de poder estar frente a la Imagen y es la primera vez que concelebro la misa como sacerdote. Fue muy lindo”.
Pbro. José Darío Billordo, Diócesis de la Nueva Orán, Salta.
“Es muy bonito poder tener este encuentro en torno a la Virgen del Valle, porque ya en el país a la luz de muchos santuarios y de muchas devociones se hacen encuentros de sacerdotes. Esto marca una línea para el NOA, que nunca hemos tenido la oportunidad de confraternizar, dada la amistad de todos los sacerdotes. Todos los que estamos nos hemos formado en un mismo Seminario, nos conocemos todos, así que fue un lindo milagro poder encontrarnos y compartir el ministerio en torno a la Virgen del Valle”.
“Distintos sacerdotes de distintos santuarios han estado dándonos su impronta, su camino y estamos muy enriquecidos”.
Durante el segundo día, presidió la Santa Misa por Carlos Sánchez, Arzobispo de Tucumán, quien comenzó su homilía con vivas a la Virgen del Valle.
Asimismo, expresó que “el signo más grande del amor que Dios nos tiene se llama Jesucristo, y el signo más grande de Jesucristo para mostrarnos el amor que el Padre nos tiene es abrir sus brazos en la Cruz para abrazar a la humanidad, para hacernos hermanos. En ese momento culminante, nos entrega a su Madre como nuestra Madre, y le encomienda, como dice el Papa Francisco, la misión de cuidarnos, de protegernos, de amarnos, de guiarnos. Por eso también hemos contemplado las distintas advocaciones en nuestras diócesis, y aquí, culminando en la Gruta con Nuestra Madre del Valle”.
Al referirse a la experiencia de estos días, dijo que significó “recordar, revivir, fortalecernos interiormente en la vocación sacerdotal, ese don maravilloso de Dios en nosotros, para seguir gastando la vida en el servicio, en la entrega, para seguir siendo presencia luminosa en medio del pueblo. Somos un don de Dios para nuestro pueblo en el NOA, y eso lo sabemos, lo experimentamos cotidianamente”.
También apuntó que “nuestra espiritualidad sacerdotal se alimenta en la fe de nuestro pueblo, cuando la gente nos pie que seamos curas, cuando nos piden que recemos por ella”. Eso “lo hacemos con una certeza: nuestra Madre nos acompaña, no nos deja solos, porque Jesús le ha encomendado esta misión, y con la ternura y la cercanía de Ella vamos a andar por camino seguro. Eso lo sabe nuestro pueblo”.
Entre otro tramo de su predicación, Mons. Sánchez afirmó que “frente a las mayores dificultades, nuestro pueblo enseguida acude con confianza, caminando, arrodillado, llorando, a María, Madre de consuelo y esperanza. Que nosotros, en nuestra vida sacerdotal, lo podamos vivir así. De esta manera vayamos renovando nuestra entrega al servicio de nuestro pueblo”.
Por último dijo: “En la Gruta de Choya, celebrando la Eucaristía, le pidamos a la Virgen del Valle, Patrona del NOA, para que por la fuerza del amor del Señor a través de su mediación podamos ser misioneros de la misericordia, del amor, de la ternura de Dios para con nuestro pueblo del NOA y así se acreciente la fe”.
Fuente: Prensa Diócesis de Catamarca