Benedicto XVI pasó en un ambiente “tranquilo y familiar” el día de ayer –16 de abril–, en el que cumplió 91 años, según el Vaticano. Estuvo acompañado por su hermano Georg Ratzinger, por las Memores Domini (las laicas consagradas de Comunión y Liberación que le asisten), y por su fiel secretario personal, Georg Gänswein, prefecto de la Casa Pontificia. Fue precisamente este último el que explicó anoche en una entrevista en Tv200, la televisión impulsada por la Conferencia Episcopal Italiana, que el Papa emérito comenzó la jornada de ayer celebrando la misa en latín, como ocurre cuando está acompañado por su hermano.
“La mañana la pasó controlando el correo. Las Memores Domini le habían cocinado un buen almuerzo. Dio luego un pequeño paseo y, por la tarde, recitó el Rosario”, contó Gänswein, explicando que Francisco le había escrito un “bonito mensaje” a su antecesor, por el que ofreció la Santa Misa. “Me dijo además que le llevara sus saludos y su bendición”. Al hablar sobre las condiciones físicas de Benedicto XVI, su secretario personal aseguró que “de cabeza está muy bien” aunque las fuerzas han disminuido, como es habitual en una persona de esa edad.
Gänswein ofreció un mensaje similar durante la presentación unas horas antes en la Filmoteca Vaticana del documental ‘Benedicto XVI, la hora de la verdad’, dirigido por el periodista español Javier Martínez-Brocal, director de la agencia Rome Reports. “Está de buen humor y en paz consigo mismo”, aseguró, destacando que aunque haya optado por el silencio tras su renuncia, Joseph Ratzinger sigue hablando “con su presencia”.
El Papa emérito recibió un curioso regalo por parte de la Guardia Suiza. Por la tarde, la banda de música de este cuerpo armado tocó algunas obras en su honor en el monasterio ‘Mater Ecclesiae’, donde se retiró a vivir “escondido del mundo” una vez concluido su pontificado.