L a Fundación Centesimus Annus-Pro Pontifice cumple dos décadas promoviendo el conocimiento de la Doctrina Social de la Iglesia en el mundo. A las 12:15 de ayer, miércoles 18 de abril, se presentó en la Sala Stampa de la Santa Sede la actividad de esta fundación con ocasión de su 25º aniversario, así como los actos del Congreso ‘Nuevas políticas y estilos de vida en la era digital’, que se celebrará en Roma entre el 24 y el 26 de mayo. En el acto han intervenido el arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin; el doctor Domingo Sugranyes Bickel, presidente de la misma, y la profesora Anna Maria Tarantola, miembro del consejo de la fundación.
El arzobispo Martin ha recordado que “la doctrina social de la Iglesia es por naturaleza un trabajo progresivo”, ya que los principios de la misma deben ser aplicados continuamente, así como es necesario continuar profundizando en ellos. Además, “inevitablemente requiere diálogo con las ciencias sociales y políticas, y reflexión sobre economía y finanzas, así como cada vez más sobre ecología”. Aunque ha apuntado que esto no significa en ningún caso que el desarrollo de las ciencias sociales pueda relativizar las enseñanzas de la Iglesia. Este es uno de los principales cometidos de la Fundación.
Y es que la ética y la moral, no son meras cuestiones teóricas. A pesar de que sean los moralistas quienes estudian esta disciplina, los hombres tienen que participar de ella y llevarla a cabo en el mundo real. Porque “la doctrina social de la Iglesia es parte de la teología moral, pero la teología moral no puede escribir un manual de instrucciones con la respuesta a los retos de todos los tiempos”.
A continuación ha apuntado que “es deber de los economistas y políticos desarrollar y experimentar con nuevos modelos de economía que generen equidad para combatir la corrupción” que al final siempre “acaban pagando los pobres”.
Siguiendo indicaciones del Papa, la Fundación ha preparado este congreso que reunirá un grupo internacional de dirigentes públicos, tanto académicos como sindicales, políticos o religiosos, “para buscar vías innovadoras que permitan interpretar las novedades de los campos de la economía y la tecnología, ante los desafíos éticos que suponen”. Han querido destacar la nueva cultura de “usar y tirar” derivada del mal uso de la tecnología que “ignora a los pobres y desprecia a los débiles”.
El congreso, que se celebrará entre el 24 y el 26 de mayo en el Palacio Apostólico, girará alrededor de tres temas, ‘La familia frente a la incertidumbre laboral consecuencia de la revolución cultural digital’; ‘Hacia una cadena alimenticia sostenible: actitudes responsables contra la cultura de usar y tirar’ e ‘Individuo, trabajo y ocupación inclusiva’. El Congreso contará también con una parte dedicada al ecumenismo, ya que se clausurará con un discurso del Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, con el título ‘Una agenda cristiana común para el bien común’.