“La Iglesia colombiana sigue con mucho dolor los acontecimientos que han ocurrido en los últimos días con el secuestro de personas en la frontera con Ecuador”. Así lo ha expresado el director del Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS), monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, a través de un video difundido en el canal de YouTube de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).
No ha pasado una semana del repudiable crimen de los tres periodistas del diario El Comercio de Ecuador, cuando el grupo disidente de las FARC comandado por Walter Patricio Ariza Vernaza, alias ‘Guacho’, ha secuestrado nuevamente a dos ciudadanos ecuatorianos en la frontera colombo-ecuatoriana, como se conoció el pasado martes 17 de abril, tras la divulgación de un video en el que las víctimas imploran la ayuda del presidente Lenín Moreno.
En nombre de la Iglesia católica colombiana, Henao ha manifestado “su solidaridad, cercanía, y acompañamiento al pueblo del Ecuador, a los medios de comunicación y, en particular, a los familiares de las personas que murieron y de aquellos que se encuentran en este momento secuestradas”.
Ante la gravedad de la situación y los desafíos que ello representa, el también presidente del Comité Nacional del Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia, ha subrayado que además de orar y acompañar a “todos aquellos que viven estas situaciones tan complejas”, la Iglesia “ofrece sus buenos oficios en el terreno humanitario, en la medida que esto sea pertinente” tanto para las autoridades como para quienes tienen retenidos a los ciudadanos y los familiares de los secuestrados.
Por otra parte, mientras las autoridades de ambos países han intensificado las acciones militares en la región fronteriza y crece la tensión luego de que el presidente de Ecuador le haya dado a ‘Guacho’ un ultimátum de diez días para su entrega, el sacerdote Arnulfo Mina, vicario de la diócesis de Tumaco, en declaraciones a Blu Radio se ha mostrado preocupado, pues “más policías y soldados generan un efecto peor para los civiles, porque los problemas siguen ahí”.
No obstante, el vicario de esta región del Pacífico colombiano –una de las más azotadas por la violencia que deviene de los negocios ilícitos y la beligerancia de los grupos al margen de la ley– también ha manifestado explícitamente la disposición mediadora de la Iglesia. “Si las dos naciones y las disidencias quieren que colaboremos, aquí estamos listos, es un acto humanitario”, ha dicho.
Este mismo sentimiento solidario se ha hecho patente en la CEC, que a través de un mensaje de condolencia ha asegurado sus oraciones a las familias de los periodistas asesinados, uniéndose al “dolor y profunda preocupación” del episcopado ecuatoriano. “Conocemos bien cuánto, como pastores del pueblo de Dios, se empeñaron en suplicar la liberación de los periodistas secuestrados”, se lee en el comunicado.
La Iglesia colombiana continuará siendo “una voz permanente que clama por la dignidad humana, por el derecho a la libertad, para que se garantice una vida digna para todas las personas que habitan en nuestros territorios”, como ha aseverado el director del SNPS al final del video-mensaje.