Cinco décadas y 850 asesinatos después, ETA ha difundido un comunicado este viernes 20 de abril en el que pide perdón, en un paso previo al anuncio de que se disolverá en la primera semana de mayo. Una noticia que ha causado gran alegría en la Conferencia Episcopal Española, que hoy ha clausurado los trabajos de su Asamblea Plenaria de primavera, y que ha reaccionado de manera inmediata por boca de su portavoz, José Maria Gil Tamayo. “Es mucho el dolor causado a toda la sociedad española. Por tanto, dar gracias a Dios de que acabe esta pesadilla horrible de sangre, de horror, de utilización de la violencia, que siempre es maligna, en este caso con una perversión y que ha sido un lastre en la historia democrática de nuestro pueblo“.
Pero junto a esto, el secretario del Episcopado español afirmó acto seguido que “está bien que pidan perdón, pero ese perdón necesita reparación y establecer las condiciones para que en el País Vasco y en el corazón de la víctimas se cree una cohesión social necesaria y que nunca las ideas justifiquen el terrorismo, que es perverso, porque nada ni nadie puede justificar la muerte de inocentes, de las que en este caso hay una larga lista”.
En este sentido, el sacerdote tuvo “un recuerdo especial para las víctimas y sus familias, que ven este día de modo especial. Queremos mostrar nuestra cercanía a su sufrimiento, que no termina con una declaración de que ha acabado esta pesadilla, dolor y violencia”.
“Es la victoria de toda la sociedad española. Que la reconciliación y el perdón nos lleven a evitar en el futuro iniciar caminos de violencia para defender las ideas, porque la democracia tienes sus cauces”, añadió, para advertir que ahora “queda la reconciliación, que es el trabajo más costoso, el que necesita más generosidad”.
Reivindicar el papel de la Iglesia en la Transición
Gil Tamayo, en lo que era su comparecencia ante los periodistas para informar de los trabajos de la Plenaria, ocupó buena parte de su comparecencia para referirse a la que está siendo la noticia del día y, también, de paso, reivindicar el papel que la Iglesia ha desarrollado en este conflicto a lo largo de este medio siglo: “La Iglesia en el País Vasco ayuda y ha ayudado a superar ese clima de terror y a favor la convivencia y la reconciliación”.
Por otra parte, sobre algunos puntos aprobados por los obispos en esta semana de trabajos que comenzó el pasado lunes con el discurso inaugural del cardenal Ricardo Blazquez, Gil Tamayo anunció que la fundación Pablo VI organizará un gran congreso el 3 y 4 de octubre en el marco del 40 aniversario de la Constitución sobre el papel de la Iglesia en el advenimiento de la democracia, “un homenaje y una puesta al valor del papel jugado por la Iglesia, que ha quedado silenciado, y ha sido decisivo a la hora de cohesionar a los ciudadanos, que en gran parte son miembros de la Iglesia”.
Por otra parte, también anunció que la Plenaria ha elegido al cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, al cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella y al obispo de Logroño, Carlos Escribano, obispo responsable de Pastoral Juvenil, como los padres sinodales que representarán al Episcopado español en el Sínodo sobre los Jóvenes del próximo mes de octubre en Roma.