Este año está resultando redondo para Lorenzo Caprile. Además de celebrar sus bodas de plata con la aguja y recibir la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, ha concluido esta semana con un rotundo éxito el programa de talentos ‘Maestros de la costura’ (TVE), del que ha sido jurado. Nos citamos con el responsable del vestido rojo más famoso de Doña Letizia en el Museo del Romanticismo, media hora antes de pronunciar una conferencia ante un público totalmente entregado.
PREGUNTA.- ¿Algunas de sus prendas tienen inspiración en la Iglesia, como en las del gran Balenciaga?
RESPUESTA.- No te sabría decir lo que sale de esta batidora que tengo en la cabeza. Además, no hago colecciones para que tengan un late motiv concreto. Lo mío es una cosa de modistería de toda la vida. Evidentemente, dentro de mi inconsciente, debe haber referencias directas, porque soy católico y practicante. Todo eso está ahí, de una manera o de otra, y sale en mis volúmenes, mis tejidos, mis bordados…
P.- Este año, la gala MET –la más importante de la moda– tiene como tema ‘Cuerpos celestiales: la moda y la imaginería católica’… ¿Moda y religión pueden ir de la mano?
R.- ¡Claro! Todos las grandes firmas (Lacroix, Dior, Dolce & Gabbana…) han utilizado exvotos, bordados, mosaicos de Rávena y volúmenes espectaculares. La estética de la Iglesia es fascinante, y está profundamente interiorizada en todos nosotros. Sale en la moda y seguirá saliendo. Además, no me parece nada sacrílego. De hecho, el Vaticano presta prendas para exposiciones.
P.- ¿Se atrevería con un hábito papal?
R.- Sería un privilegio. Pero no me ocurrirá nunca, porque Roma tiene sus sastrerías, sus proveedores, y dudo que recurran a este humilde modista.
P.- ¿Qué prenda rompedora cosería para Francisco?
R.- Es al revés, tendría que ajustarme a lo que él pidiera. Aunque no creo que ningún papa se salga de las casullas que conocemos. Pero, me imagino un pontífice con pantalones, ¿por qué no? Veo a Francisco con pantalones, y no sería ninguna irreverencia. En los años 60 ya vimos un cambio de hábito más moderno en nuestros curas. Todo mutará, pero tú y yo no lo veremos, hija.