En enero pasado, el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos puso fin al Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) otorgado a El Salvador en 2001, después de los terremotos registrados en enero y febrero de aquel año. Ante esta situación, en septiembre del 2019, alrededor de 180 mil salvadoreños podrían ser deportados al quedar sin protección.
Sobre este tema, habla para Vida Nueva el cardenal Gregorio Rosa Chávez, quien tiene la esperanza de que luego de las elecciones de noviembre próximo en Estados Unidos –en las que se renovará la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado– los congresistas trabajen para dar una solución integral al problema en el que se encuentran sus connacionales.
Con esta intención, Rosa Chávez estuvo del 10 al 13 de abril en Washington, Estados Unidos, junto con el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas; el obispo de Zacatecoluca, Elías Bolaños, y el obispo de Santiago de María, William Iraheta. Explica: “Fueron cuatro días intensos de trabajo, pero venimos muy contentos porque hay esperanza. Como sabemos, en noviembre hay elecciones en el Congreso, y por lo tanto hay una gran expectación de que lo que va a pasar. Se dice que los republicanos pudieran cambiar las cosas”.
El también Obispo Auxiliar de San Salvador detalló que tuvieron un encuentro con cinco congresistas republicanos y otro con igual número de demócratas: “fue un encuentro cordial; tuvimos un diálogo muy respetuoso y con bastante apertura; los legisladores alabaron la calidad de nuestros compatriotas como trabajadores responsables, y parece que nuestra visita los animó a buscar una solución más justa a la situación que de nuestros paisanos”, pero todo depende de cómo queden conformadas las cámaras en noviembre.
Una reforma integral sí es posible
El cardenal salvadoreño recordó que los obispos de Estados Unidos han insistido mucho al congreso de su país en lograr una Reforma Migratoria Integral, solicitud a la que se suma ahora el episcopado de El Salvador.
En este sentido, consideró que un elemento táctico es el hecho de que la Iglesia norteamericana poco a poco ha ido quedando en manos de los latinos –algo que era impensable hace tiempo–, y por ello actualmente los obispos tienen un mayor interés en cuidar de sus feligreses.
A nivel legal –precisó– tenemos algo claro: si bien el Ejecutivo ya tomó posición en materia migratoria, también insinuó que el futuro está en manos de los legisladores, “por lo que toca al Legislativo ver qué hacer con nuestros hermanos, aunque vaya en contra de lo que diga el presidente Donald Trump”.
Confió en que funcione la división de poderes, elemento que percibió fuertemente en el diálogo que sostuvieron con los congresistas. Además, dijo, “muchos legisladores son amigos de los obispos norteamericanos, lo cual ha ido cambiando la idea que se tiene sobre los migrantes; sería absurdo pensar en una solución como la que se ha planteado de expulsar a cerca de 180 mil personas que están en el TPS”.
Una sola voz
Tras señalar que hoy más que nunca se necesita de una solución permanente que quede asentada en una Reforma Migratoria Integral, el Cardenal apuntó que la Santa Sede siguió muy de cerca su visita a los Estados Unidos, pues las autoridades vaticanas responsables de la dimensión de migrantes han impulsado que haya una postura firme y de consenso de los obispos norteamericanos, a fin de que se alcance una solución justa y humanitaria para los salvadoreños.
Rosa Chávez informó que durante la visita a la Unión Americana tuvieron también un encuentro con sus compatriotas, que contempló la celebración de la santa misa, un convivio y un diálogo muy intenso.
Al respecto, admitió que en la comunidad salvadoreña hay muchísima preocupación; “una señora contaba que tiene cuatro hermanos amparados al TPS; cada uno tiene tres hijos menores de edad, y ante la posibilidad de que sean repatriados, éstos le han dado la custodia de sus hijos, por lo que tendría que cuidar de 12 niños, todo un drama”.
Resaltó que durante la visita en todo momento sintieron el apoyo de los obispos norteamericanos, quienes se comprometieron a seguirán trabajando con el propósito de lograr incidir más en la opinión de la gente que está en contra de la permanencia de los salvadoreños en el país.
Por lo pronto, dijo, “nuestros paisanos han salido de la cueva; están haciéndose sentir en forma pacífica para expresar el deseo de continuar en Estados Unidos; creo que eso va a dar frutos en su momento para acabar con esta situación tan dolorosa, con esta catástrofe humanitaria”.