La presentación de un libro sobre Francisco en Milán fue el momento que aprovechó Angelo Scola, arzobispo emérito de Milán, para volver al foco mediático después de su jubilación. El purpurado, que hizo de maestro de ceremonias del nuevo volumen, destacó que “para nosotros, los europeos, la elección del papa Francisco fue como una patada en el estómago, una llamada de atención”.
El libro ayudará a disipar, según Scola, las “leyendas metropolitanas” sobre Bergoglio, su pensamiento y su formación teológica. También se preguntó por la novedad del pontificado y la huella que está dejando: “No sé cuánto hicimos nuestro este recordatorio representado por el pontificado o cuanto nos seguimos defendiendo”.
Angelo Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado Vaticana, habló en su diócesis de origen de Cerdeña sobre el sacerdocio y la formación de los nuevos seminaristas según el estilo de Francisco. Becciu instó a los sacerdotes a mancharse de barro: “Sacerdotes, dejad vuestras iglesias y salid a la realidad”.
Al hablar sobre la disminución de vocaciones a la vida consagrada, Becciu quiso dejar claro que hay que mirar la situación con realismo porque, “entre un pesimismo estéril y una nostalgia inútil del pasado, el riesgo es el de generar sacerdotes frustrados, incapaces de responder a las preguntas que el mundo nos plantea hoy”.
Corriere della Sera ha entrevistado a Angelo Gugel, quien fuera ayudante de cámara de Juan Pablo I, Juan Pablo II, durante 27 años, y el principio del pontificado de Benedicto XVI. El mayordomo pontificio habló sobre cómo fue seleccionado por el papa Luciani, su relación con Wojtyla y el escándalo de Vatileaks, en el que se vio envuelto su sucesor.
El mayordomo que ya tiene 83 años cuenta cómo no le sorprendió que su sucesor formase parte de una trama que mostró documentos personales de Ratzinger: “Lo estaba esperando. Me habían pedido que lo entrenara. Pero no me pareció que estuviera interesado en aprender”.