Vaticano

El Papa recibirá el fin de semana en el Vaticano a las víctimas de abusos en Chile

  • Francisco se reunirá con Cruz, Hamilton y Murillo, quienes sufrieron al sacerdote Fernando Karadima
  • El Pontífice quiere “pedirles perdón, compartir su dolor y su vergüenza” y escuchar sus “sugerencias”





Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo lideraron el pasado enero las protestas en las calles de Santiago de Chile por la presencia en los actos del Papa durante la visita al país austral del polémico obispo de Osorno, Juan Barros, al que acusan de proteger al sacerdote pederasta Fernando Karadima. En poco más de tres meses estas víctimas de abusos sexuales y psicológicos han pasado de sufrir la indiferencia de la jerarquía eclesiástica a ser recibidos por Francisco este fin de semana en la Casa Santa Marta, la residencia dentro del Vaticano donde vive y donde también van a alojarse Cruz, Hamilton y Murillo.

“El Papa les da las gracias por haber aceptado su invitación: durante estos días de encuentro personal y fraterno, quiere pedirles perdón, compartir su dolor y su vergüenza por lo que han sufrido y, sobre todo, escucharlos en todas aquellas sugerencias que puedan realizarle para evitar la repetición de semejantes hechos reprobables”, ha comentado hoy, 25 de abril, el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Greg Burke. El portavoz vaticano ha explicado que las víctimas serán recibidas de forma “individual” para que cada uno pueda hablar durante todo el tiempo que necesite.

“Paso crucial para remediar para siempre los abusos”

En su comunicado, Burke ha añadido que el Papa “pide oraciones” por la Iglesia en Chile, que afronta un momento “doloroso”, y espera que estos encuentros con las víctimas de abusos sexuales “puedan desarrollarse en un clima de serena confianza y sean un paso crucial para remediar y evitar para siempre los abusos de conciencia, de poder y, particularmente, sexuales en el seno de la Iglesia”. 

Francisco recibirá a las víctimas de Karadima en la Casa Santa Marta después de que hace dos semanas enviara una carta a los obispos del país austral en la que pedía perdón a los supervivientes de los casos de pederastia y reconocía que había metido la pata al apoyar inicialmente a Barros. En la misiva anunciaba además que se iba a reunir en Roma tanto con los prelados de aquella nación como con quienes sufrieron los abusos sexuales.

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