La Arquidiócesis Primada de México informó este jueves, a través de un comunicado, que en la ciudad de Cuernavaca, estado de Morelos, fue encontrado el cadáver del sacerdote Moisés Fabila Reyes, de 84 años de edad, quien se desempeñaba como capellán del coro de la Basílica de Guadalupe.
Si bien la arquidiócesis capitalina no dio más detalles de lo que pudo haber provocado la muerte del presbítero, según versiones periodísticas, el padre Moisés Fabila Reyes habría sido secuestrado el 3 de abril, por lo que la familia del occiso inició negociaciones con los delincuentes para su liberación. El rescate se pagó el pasado 21 de abril, pero el sacerdote falleció, a causa de un infarto, antes de ser liberado por los delincuentes.
Las mismas fuentes periodísticas señalan también que los familiares del sacerdote habrían acudido a la Ciudad de México, a la Unidad Especializada en el Combate al Secuestro, ante la falta de confianza en las instancias de procuración de justicia morelenses.
Por su parte, la Fiscalía del Estado de Morelos informó que “no cuenta con ninguna denuncia por algún hecho delictivo que involucre a Moisés Fabila Reyes, ni se cuenta con información que determine si fue o no privado de la libertad, como se ha difundido”.
Las últimas dos semanas han sido de pesadilla para la Iglesia en México. Tal como dio cuenta Vida Nueva Digital en su momento, el miércoles 18 de abril fue asesinado con un arma punzocortante el Vicario Judicial de la Diócesis de Izcalli, padre Rubén Alcántara Díaz, de 50 años de edad, tras discutir con una persona en el interior de su parroquia.
Dos días después, el viernes 20 de abril, el joven presbítero Juan Miguel Contreras García, perteneciente a la Arquidiócesis de Guadalajara, fue ultimado a balazos por un grupo de delincuentes mientras atendía en la oficina parroquial a unas personas.
El Episcopado Mexicano, a través de un comunicado firmado por su presidente, el cardenal José Francisco Robles Ortega, y el secretario General, Alfonso Miranda Guardiola, han hecho un llamado urgente para construir en México una cultura de paz y de reconciliación.
“Estos lamentables acontecimientos –dicen los Obispos del país– nos llaman a todos a una conversión mucho más profunda y sincera. Es tiempo de mirar con honestidad nuestra cultura y sociedad, para preguntarnos por qué hemos perdido el respeto a la vida, y a lo sagrado”.
De acuerdo con el Centro Católico Multimedial, que lleva un registro de delitos cometidos contra sacerdotes, en lo que va del 2018, cinco sacerdotes han perdido la vida a manos de delincuentes; en el 2017, fueron cuatro los asesinados, por lo que “este es el peor año para el sacerdocio en lo que va del sexenio 2012-2018”.