El 1º de Mayo, fiesta del trabajo y celebración eclesial de San José Obrero, será un día importante para la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) que forman Cáritas Española, CONFER, HOAC, Justicia y Paz, Juventud Estudiante Católica y Juventud Obrera Católica; en el que reclamarán que la persona se sitúe “en el centro de la vida política y económica” de forma que se fortalezca el “acceso a los derechos” y permita “conciliar vida laboral y familiar.
En el manifiesto que han difundido para invitar a celebrar la eucaristía del 1 de mayo, “en acción de gracias por el don del trabajo humano y como signo de solidaridad con quienes sufren la deshumanización del trabajo”, también denuncian “el injusto marco laboral y social” que se vive en España y que tiene como consecuencia “la falta de trabajo decente para todas y todos en nuestra sociedad”.
El manifiesto de ITD se nutre de textos de la Conferencia Episcopal Española, como la Instrucción Pastoral ‘Iglesia, servidora de los pobres’ con la que llaman a la colaboración de “empresarios, sindicatos y políticos, para generar ese empleo digno y estable, y contribuir con él al desarrollo de las personas y la sociedad“, que afecta a millones de trabajadores y trabajadoras en una realidad que genera “historias personales de frustración, inseguridad y explotación”.
En defensa de la cultura de los cuidados, la iniciativa exige que se reconozca “social y jurídicamente el trabajo reproductivo”, imprescindible apuesta por la vida y la natalidad, al igual que la petición por “promover la conciliación real laboral y familiar” que posibilitará “el desarrollo integral de la persona en la esfera laboral, familiar, cultural y espiritual”.
La propuesta también es de una revisión interior, incluso dentro de los propios movimientos y entidades que participan de la iniciativa, ya que participan “en esta realidad social” y por tanto sufren “sus efectos deshumanizadores”, lo que les hace estar “en alerta para cuestionar nuestros estilos de vida y revisar su coherencia a la luz del estilo de vida de Jesús de Nazaret”. Pese a todo se sienten “denuncia profética” que se quiere acercar y ser fiel al Evangelio “si somos testigos de aquello que reivindicamos”.
Como gesto que pueden realizar todos los creyentes proponen dos sencillas acciones, por una parte “invitamos a las distintas comunidades cristianas a celebrar la Eucaristía en acción de gracias por el don del trabajo humano y como signo de solidaridad con quienes sufren la deshumanización del trabajo”, e invitan a “participar en aquellas actividades que convoquen las organizaciones sindicales para exigir un trabajo decente acorde con la dignidad de toda persona y de todas las personas”.