Bogotá fue sede del Foro Cristiano Mundial (FCM) que, en su tercera edición, contó con representantes de diversas tradiciones (como anglicana, católica, carismáticas, evangélicas, ortodoxas, pentecostales, protestantes y africanas instituidas) venidas de todas partes del mundo.
Avanzar juntos
En el encuentro, celebrado entre el 24 y el 27 de abril, bajo el lema ‘Permanezca el amor fraternal’ –inspirado en el capítulo 13 de la carta a los Hebreos–, los líderes religiosos convergieron en una tribuna propicia para compartir historias y testimonios de vivencia cristiana y, a través del diálogo, encontrar puntos comunes en medio de las diferencias, lo que según sus organizadores, permitirá “avanzar juntos en la fe y la esperanza”.
Por su parte, la Iglesia católica colombiana –anfitriona del FCM– ha acogido con beneplácito esta iniciativa. Así lo ha manifestado Jorge Enrique Bustamante Mora, director del Departamento de Promoción de la Unidad y el Diálogo de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), convencido de que todos tenemos que trabajar en la unidad, por la unidad, buscando el bien de cada hermano.
Vale la pena destacar que para esta importante cita global del mundo cristiano, desarrollada por primera vez en un país hispanohablante, el papa Francisco envió un mensaje, como se reseña el portal de la CEC.
“Que todos sean uno”
“Me uno a ustedes en agradecimiento al Dios Todopoderoso en esta ocasión –indicó el obispo de Roma en su carta–, ya que el foro es una oportunidad llena de gracia para que los representantes de tantas comunidades cristianas se reúnan como hermanos y hermanas y marchen hacia el cumplimiento de la oración de Jesús: Que todos sean uno para que el mundo crea”.
El Papa expresó, asimismo, que “la humanidad necesita grandemente esta solidaridad que alienta el respeto, la estima, el perdón mutuo y la real defensa de la dignidad humana en toda situación”.
“Oro para que el foro sea un tiempo de compartir experiencias de fe personales y eclesiásticas y proporcione un espacio abierto y respetuoso”, agregó Jorge Mario Bergoglio, el primer Pontífice latinoamericano.
Construir la unidad
Por parte del Vaticano, Juan Usma Gómez, Jefe de Oficina de la Sección Occidental del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, explicó que “el Foro Mundial busca promover las relaciones entre aquellos cristianos que no aceptan la llamada a la unidad”. Sin embargo, “existe ya un recorrido, la Iglesia Católica entró en el movimiento ecuménico en 1965 y durante este proceso hemos tenido relaciones al menos con 14 iglesias y comunidades eclesiales”, acotó el sacerdote colombiano.
Por otra parte, Usma Gómez también reconoció que “existe un grupo de personas que no está de acuerdo con ello y el Foro intenta asumir una nueva metodología, un espacio de encuentro para buscar la manera de que todos los cristianos participen en esta llamada”. Con todo, “no entramos en negociaciones de fe, se trata de buscar restaurar la Iglesia de Dios, así como Jesús la creó: Una”, puntualiza.
En este sentido, monseñor Brian Ferrel, secretario del Pontificio Consejo para la Promoción y la Unidad de los Cristianos, destacó la importancia de confiar los unos en los otros y trabajar en conjunto, evitando la separación y el conflicto.
Aprender unos de otros
“Tenemos la necesidad de aprender a estar juntos, aprender a hablarnos, porque durante siglos los cristianos se han contrastado, se han dividido”, señaló el prelado de origen irlandés a la oficina de prensa de la CEC, destacando que “si podemos vernos en Cristo, vernos como hermanos y hermanas en el mismo Evangelio, entonces podremos ir caminando juntos”.
En su intervención durante el foro hizo un llamado especial a las iglesias tradicionales a “mirar con más seriedad” a las comunidades pentecostales, evangélicas y carismáticas. “Estas nuevas experiencias de fe desafían posturas de larga data con respecto a muchas de nuestras costumbres, leyes y tradiciones; y desafían especialmente nuestra falta de coraje con respecto a los estándares morales y éticos”.
Por otra parte, fue radical frente al proselitismo de las iglesias, bien sea abierto u oculto, invitando al “respeto como cristianos, unos a otros, incluyendo el reconocimiento mutuo del bautismo cuando entramos en la comunión con Dios y en la comunidad cristiana en la forma bíblica: a través del agua y la fórmula trinitaria”.
No renunciar al ecumenismo
Ferrel también se refirió a aquellos cristianos que desconfían del ecumenismo, invitándolos a reconocer que “está arraigado en el Evangelio e inspirado en el Espíritu Santo”. Asimismo, el camino para superar discusiones estériles no puede ser ajeno a las estrucutras y gobierno de la Iglesia y a la necesidad de prestar atención “a una nueva pertenencia a la fe compartida desde el Evangelio”.
En síntesis, para el secretario del Pontificio Consejo para la Promoción y la Unidad de los Cristianos, es imperativo “superar los obstáculos y desarrollar experiencias comunes de estudio bíblico, oración conjunta, experiencias espirituales, cooperación en investigación bíblica-teológica, interacción entre los candidatos al ministerio, cooperación en la misión y el testimonio social, en el área de desarrollo, preservación del ambiente y los medios masivos”.